Graderío

Francisco / Gamero

Prohibido no ganar

GANAR. O ganar. He dicho claro que ganar. No queda otra cosa. El Recre está obligado a derrotar al Deportivo para seguir alimentando esperanzas de eludir el descenso. No le queda otra a este equipo albiazul condenado, año sí, año también, a sufrir lo indecible a la hora de mantener la categoría. Es el sino de una entidad que no puede pretender otra cosa, salvo que le toque la lotería a la hora de los fichajes y que el porcentaje de acierto en las caras nuevas se acerque al 100%. Eso pasó una vez.

Hoy el Recre se la vuelve a jugar. Como ya empezó a jugársela un caluroso domingo de septiembre cuando un tal Luis García puso sordina al esperanzador inicio de Liga

Desde entonces el Recre no ha faltado a su cita con el sufrimiento, con la necesidad de ganar, con las urgencias. La diferencia de esos partidos anteriores y éste estriba en que siempre ha ido quedando una nueva oportunidad. Ahora ya no hay ningún tipo de vuelta atrás, sino que como he dicho otras veces, o camina o revienta.

Es vital este partido. Por eso desde el mismo momento en que Morris reventó la pelota en esa tarde de alegría incontenida en el otrora llamado Sadar, los profesionales albiazules han ido pregonando a los cuatro vientos la necesidad de que hoy, desde la grada, les ayude a romper el maleficio que les persigue en los partidos de casa. Para que, de una vez por todas, el equipo saque adelante el choque y consiga tres puntos necesarios en esa cuenta de resultados que se saldará a finales de mayo.

Claro que para llegar con vida a ese momento, el Recre tiene que ganar hoy. Y para ello ya cuenta con esa afición que, seguro, hoy o va a dar todo para que el lunes sigamos haciendo cuentas. Sería buena señal.

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