Hace un año dediqué los cuatro Surcos nuevos de enero a analizar la lamentable penuria de las instalaciones museísticas de Huelva, en evidente agravio comparativo con el resto de las provincias andaluzas. Pues bien, la noticia positiva de la semana pasada es la declaración del consejero de Cultura Miguel Ángel Vázquez anunciando inversiones por doce millones de euros para hacer del edificio del Banco de España el nuevo Museo Arqueológico de Huelva, liberando de paso las instalaciones del actual, que pasaría a ser Museo de Bellas Artes. La adecuación de este requeriría una inversión adicional de tres millones de euros, que se pide aporte la Administración del Estado. La previsión para la apertura es el año 2020. Aquí hay que hacer un reconocimiento expreso a la Asociación de Amigos del Museo, cuya infatigable labor ha sido decisiva para vencer la inercia oficial, una demostración clara de que es imprescindible que la sociedad civil se muestre reivindicativa en los asuntos culturales.

Otro aspecto interesante de las declaraciones de Vázquez es que la cultura, además de inversión, es programación, y en ese sentido resalta el apoyo de la Consejería a iniciativas vitales para Huelva, como el Festival de Cine o la Fundación Zenobia Juan Ramón. Está muy bien si ello va acompañado de una dotación presupuestaria digna por parte del sector público para otras convocatorias culturales de la provincia. En ese sentido, sería también interesante conocer, por ejemplo, el gasto de la Junta en programación cultural per cápita para la provincia de Huelva, en comparación con el asignado a otras provincias andaluzas.

Ignoro si existe algún estudio solvente sobre el estado actual de la cultura en Andalucía, referido a los dos aspectos mencionados: inversiones existentes y financiación pública -autonómica, provincial, local- de la programación cultural. Con su desglose por provincias. A partir de este estudio, habría que preparar un plan estratégico de actuación -por ejemplo, para los próximos diez años- que debe estar presidido por criterios justos y objetivos, ya que hay motivos para pensar que hasta ahora los esfuerzos de la Administración, que debe velar con equidad por todos, se han orientado en numerosas ocasiones según el grado de influencia política que podían ejercer las distintas provincias. Y en ese sentido, no hace falta decirlo, el peso de Huelva ha sido escaso.

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