Cambio de sentido

Platón 'reloaded'

No sé, Glaucón, si 'La República Digital' está en 'Mundo de las Ideas' o en la nube de Aristófanes

No es que el volumen de la tele esté alto, Glaucón, es que en campaña las sombras proyectadas contra la pared de la caverna dan grandes voces. No han entendido nada, buen hermano. Quizá por fortuna, el estado que tuve en mente nada tiene que ver con lo que he encontrado. Los políticos aprendieron rápido lo de "sólo a los gobernantes pertenece el poder mentir, a fin de engañar al enemigo o a los ciudadanos en beneficio del Estado". Pero como ahora es normal que un idiotes -N. de la T.: en griego clásico, "el que va a lo suyo y sólo mira por sus intereses particulares"- lleve los asuntos de la polis, se sustituye el beneficio del Estado por el propio. A las mentiras innobles llaman fakes, y al libro de sus falacias, argumentarios. Almas irascibles han entrado con corceles en política; las concupiscibles se entregan al like sin templanza. A las racionales apenas se les da voz. No es ya que los sabios no gobiernen, es que nadie los escucha, ni siquiera cuando lo nombran Autor de Año en Andalucía, como a Emilio Lledó. Quienes aspiran a gobernar se reunieron ayer noche para tratar asuntos del Estado y la polis. Ya sabes que el diálogo sirve para construir entendimiento desde el interrogante, y que exige a los debatientes ausencia de dogmas incuestionables, apertura a nuevas ideas, humildad y duda. Quienes discuten divergen en puntos de vista, pero coinciden en buscar el bien común. Ya no es así. En la videopolítica actual, debate es la intervención cronometrada de bustos parlantes empecinados en no alcanzar la verdad. Mientras tanto, en el ágora cibernético, no pocos ciudadanos -y ciudadanas, las mujeres ahora lo son, te encantaría escuchar a Jantipa- se entretienen con grafitis similares a los que se harán en las ciudades del imperio romano como Ostia y Pompeya. Los de actualmente se llaman memes.

Pero si hay algo que me fascina en extremo de este mundo es La República Digital Catalana. Dicen que la quieren instalar en el mundo de las ideas -a Aristófanes le encantará saber que la suben a la nube. Tendría funciones propias de un Estado, y moneda, y puede crear para sus ciudadanos una identidad virtual catalana, vinculada a la del mundo sensible. Comprende que todo esto me rebase. (Postdata: de lo nuestro, fatal. Lo de que la filosofía sea materia obligatoria en segundo de bachillerato sigue como el gobierno, bloqueado. Cada vez habrá menos capaces de bajarle la voz a las sombras, volver la vista y mirar -así duela- de frente a esta luz).

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