La decisión tomada por el Ayuntamiento de ubicar el Museo José Caballero, en el antiguo edificio que fue cuartel en sus últimos tiempos y Mercado de abastos en sus principios, nos ha parecido acertadísima, una vez que se realicen las obras de remodelación de la antigua estructura.

Es triste que las jóvenes generaciones onubenses no conozcan la figura portentosa e internacional de ese gran pintor que fue Pepe Caballero, nacido entre la calle Concepción y la plaza de las Monjas. Más onubense imposible. Pepe, como le llamábamos todos los amigos se formó en la Academia de Bellas Artes de Huelva con el maestro José Fernández Alvarado, en aquella época brillante de Manolo Moreno, José Pablo Martínez Coto y otros artistas destacados.

En su época joven fue un gran dibujante que hizo sus armas en la revista de la Sociedad Colombina que fundara José Marchena, otra figura eterna para Huelva. José Caballero cultivó los movimientos vanguardistas del momento, con influjos de Manolo de la Corte, Rogelio Buendía, Pepe Cádiz, etc.

Cuando marcha a Madrid, para estudiar ingeniero industrial, pasa a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y comienza a trabajar en el taller de Daniel Vázquez Díaz.

Sus dibujos cautivan. Es el tiempo en que surgen, en los años treinta, personajes como Jesús Arcensio en la poesía, Rafael Manzano en el periodismo o Emilio Molero en la música. Una época en que Huelva, pese a las difíciles circunstancias que vinieron después con la postguerra mantenía un nivel de artistas destacados que movían los hilos culturales. Mi amistad con Pepe Caballero viene de familia, mis padres, pero le traté personalmente en los años cincuenta en Cádiz, cuando el pintor onubense estaba más dedicado al cine y al teatro de manera genial y yo andaba metido en aquel Teatro Español Universitario que tanto contribuyó a un despegue cultural en una juventud adormecida en estas lides. Fueron en los años sesenta cuando conocí su Cuaderno de Huelva, unos dibujos sobre enclaves de nuestra ciudad que Pepe soñaba e idealizaba en la distancia. Una noche, José Luis Ruiz, otra gran personalidad onubense, me los mostró en la redacción de "Odiel" y quedé cautivado. Años después los editaría la Diputación Provincial de Huelva donde en su salón de actos cuelga una de las grandes obras modernas del pintor. Cuando no hace mucho la Estación de Renfe (Huelva Termino) quedó clausurada, se dijo que allí iba a instalarse el Museo dedicado a este gran onubense, pero después de casi un año se ha decidido un nuevo lugar más propio por su amplitud y emplazamiento. Acertada medida.

La última vez que estuve con esta gran figura del arte, fue en Punta Umbría, lugar que él amaba apasionadamente y donde en un almuerzo en el Casino La Esperanza, hablamos y disfrutamos de muchos recuerdos de la vida local.

Bienvenido sea este Museo y nuestra felicitación al Ayuntamiento y agradecimiento a María Fernanda, su viuda, por un logro que se ha hecho esperar pero que por fin tiene vía libre.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios