Juanma G. Anes
Tú, yo, Caín y Abel
Los afanes
Tenía que escribir sobre algunas cosas: sobre la desfachatez de Trump en relación a los altercados en Charlottesville, sobre la respuesta de Obama a Trump por Twitter, sobre el lamentable cartel de la CUP y sus "barridos", sobre Corea del Norte que da marcha atrás en atacar Guam, sobre la huelga de AENA en los aeropuertos, sobre la presencia de la Guardia Civil en El Prat, sobre el turismo y el odio al turismo, sobre la necesidad de modificar el sindicalismo en España, sobre las declaraciones del portavoz socialista en relación a Venezuela y la corrección a esas declaraciones de Adriana Lastra, sobre la lista del Ayuntamiento de Sabadell encargada por su alcalde, Maties Serracant, sobre el índice Shanghái de universidades…
Quería hablar de tantas cosas que me quedé sin espacio, cuando realmente de lo que se trata es de profundizar y no quedarnos en la mera noticia, en el titular que nos entra por los ojos y acaba donde comienza. La sociedad camina por un mal momento, estamos en un mal tiempo. Y esto ocurre en todo el mundo. Hay una crisis sistémica, que engloba todo, el sistema ha fracasado y hay que reconocerlo. Si queremos buscar una respuesta o una solución a la crisis no encontramos respuesta, pero sí algunos aspectos destacables. Pensemos.
La sociedad ha perdido los valores, el ser humano ha dejado de actuar en torno a una escala de valores. Y esto ha desencadenado en lo que ven, en lo que escuchan, en lo que leen. Es como si todo ocurriese sin sentido, o con el único sentido de la desfachatez. Que a nuestros gobernantes les importamos poco es más que evidente, porque nuestros gobernantes son unos egoístas, quieren alimentarnos en el rencor, en el odio, en la envidia, en el egoísmo.
Una sociedad que desea por todos los medios el materialismo, que evita que pensemos por nosotros mismos, que el contacto humano lo reduce al WhatsApp, que abandona el amor para contemplarse a sí mismo en el espejo, que sólo da valor al dinero y a la riqueza, que no sabe qué es la cultura ni la educación. Una sociedad en crisis sistémica. Esta sociedad es en la que vivimos. Y no olviden que somos unos privilegiados. Que estamos en ese 25% de personas del mundo que comemos (aunque en nuestra ciudad sigan existiendo personas que rebuscan en la basura). No vamos por un buen camino. Y tenemos que pensar, pero pensar más y bien. ¿Creen que ellos no lo saben? Pero no hacen nada. Pensemos a ver si cambiamos algo, comenzando por nosotros mismos.
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