Cambio de sentido

Pegasus

Si el infame giro de Sánchez en el Sahara estuvo motivado por un chantaje nunca lo sabremos

Antes de que saltara la liebre, yo ya sabía de la existencia de Pegasus, no por mis contactos en el CNI, sino por haberme tragado sin anestesia las tres temporadas de Sucesor designado, esa serie en la que el presidente de los Estados Unidos es la reencarnación de Bambi, su jefe de gabinete es más buena gente aún, la poli buena es una canija inmortal que te da una torta y te manda a Chipiona, y los guionistas se inventan el nombre de los países chungos, quizá para no meterse en líos, pero escogen de terrorista malo-rematao a un español apodado Catalán. Para compensar tanto derrape atinan, casi en plan profético, con temas como el apoyo social a la ultraderecha, las sectas piradas, el orgullo trans, un amago de pandemia (importante, la serie se rodó de 2016 a 2019), un conflicto gordo entre Rusia y Ucrania y un espionaje con Pegasus. ¡Carambola!

Últimamente, la realidad imita mucho a la ficción, y en los pasados días nos hemos desayunado no sólo con las noticias sobre el espionaje a troche y moche con Pegasus, sino con Olona en el Congreso (ojo, antes de que se conociera la existencia de la autorización del magistrado para ello) preguntándose que "¿dónde está el problema?" de espiar a independentistas, y que "poco les han espiado". Esto es, si no desconocer, al menos sí despreciar la Constitución. Ella sabe que, a diferencia de en las dictaduras, en democracia es delito violar las comunicaciones de nadie sin la resolución de un juez y que no se puede espiar ni mucho ni poco, sino bien. Luego no digamos, cuando los andaluces tengamos a esta señora literalmente en lo alto, que no nos advirtió de quién era ni a qué venía.

Por su parte, la mera hipótesis, que en estos días se explicita en la mayoría de los medios de comunicación, de que Marruecos esté detrás del espionaje al presidente y a la ministra aflige y decepciona en extremo. Si el infame giro de Sánchez en la cuestión del Sahara estuvo motivado por un chantaje del Gobierno marroquí nunca lo sabremos porque PSOE, PP, Vox y Ciudadanos han vetado que haya una comisión que investigue este escándalo. Que nos nieguen el conocimiento de la verdad no sólo hace sobrevolar sobre Sánchez la sombra de la sospecha, también debilita a España en el ámbito internacional. El giro del presidente en la causa saharaui, rompiendo el consenso nacional y desmarcándose de la legalidad internacional a favor de Marruecos fue un duro golpe en su prestigio moral, que ahora las conjeturas rematan.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios