Pedro pasará a la historia

Hablar de sí mismo más que de la difunta en un homenaje a Almudena Grandes es una muestra del ego de Sánchez

Esta semana Pedro Sánchez ha tenido un acto fallido en el homenaje que su partido ha organizado a la escritora Almudena Grandes en el primer aniversario de su muerte. Su acto fallido es además una indelicadeza desgraciadamente habitual. Es muy común en los elogios fúnebres que haya gente que hable más de sí misma que del difunto. Suele pasar con personas con muy alta estima de sí mismas. El presidente proclamó: "Una de las cosas por las que pasaré a la historia es por haber exhumado al dictador del Valle de los Caídos". Un apunte para la memoria histórica del futuro. Por su ego sí que pasará Pedro a la historia.

El yoísmo nos traiciona a todos de vez en cuando, pero a alguno más de la cuenta. La lista de políticos o políticas con el ego subido y vocación cesarista abarca todo el arco ideológico: están los Iglesias, Sánchez, Ayuso, Abascal… Se genera un curioso fenómeno entre el pueblo llano hacia semejante tipo de dirigentes: muchos les siguen con devoción y otra multitud les detesta. Los expertos señalan que para ganar elecciones hay que tener una buena aceptación y un bajo índice de rechazo. Ese fue el método con el que Juan Manuel Moreno ganó en junio las elecciones andaluzas y el perfil que el PP pretende imprimir a Feijóo para que repita la fórmula. Aunque en el papel de yerno ideal, Moreno le gana por muchos enteros a su colega gallego.

Estamos ante una materia muy sensible, en la que cualquier traspiés acaba devastando prometedoras carreras. En 2016 Albert Rivera parecía predestinado a grandes hazañas. Consiguió ser durante una temporada el político más valorado. El problema es que se lo creyó, se volvió altanero y crispado, quiso ser el jefe de las tres derechas nacionales y acabó achicharrado por un altísimo rechazo, arruinando a su partido.

Por mucho que se estire la legislatura, la Ley Electoral establece que 25 días antes de la expiración del mandato de las Cortes, las Cámaras se disuelvan de manera automática, si no hay convocatoria anticipada. Lo que significaría elecciones en torno al 10 de diciembre. Sánchez ha decidido jugar fuerte al frentismo en el año que faltaría para la cita. Y saca a pasear de nuevo el cadáver de Franco, para marcar territorio. Apuesta por aumentar sus devotos, aunque los detractores también aumenten. En el caso de Feijóo los tácticos del PP no acaban de decidirse por un papel, con días de moderación y otros de fingida dureza. Pasada la novedad, el encanto de su figura pierde brillo.

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