Curiosamente, el proceso que ha llevado a la elección del nuevo presidente de la nación ha coincidido con el de la deliberación de los candidatos a Onubenses del Año. Más curioso aún es el hecho de que tratándose del año del enaltecimiento de la Igualdad (así, con mayúsculas), entre hombres y mujeres, se hayan dado situaciones no precisamente igualitarias, en ambos acontecimientos. Así, durante el debate en el Hemiciclo, han pasado por el estrado dando voz a sus respectivos partidos, 4 mujeres y 15 hombres, lo que viene a ser un 21% de mujeres frente a un 79% de hombres. El dato se agrava si se tiene en cuenta que la paridad entre géneros en el Congreso está prácticamente garantizada, porque el mínimo establecido internacionalmente para conseguirla es del 40% de participación de mujeres y en España alcanza un 39,4% la representación femenina. ¿Qué razón puede haber para que siendo prácticamente el mismo número de diputados que de diputadas, casi se cuadriplique la presencia de hombres defendiendo sus argumentos en el hemiciclo?

Por su parte, el jurado (4 hombres y 2 mujeres) del Onubense ha designado a una mujer de entre las 30 nominaciones a aspirantes a Onubense del Año ¡Una mujer! Teniendo en cuenta que de ese total, solamente 8 de ellas corresponden a personas individuales, puesto que el resto son asociaciones o empresas (apuesten a que la mayoría de ellas presididas por hombres), resulta que la mujer está representada en un 12,5% mientras que el hombre se queda con el 87,5%, con lo cual se supera así la ostentosa diferencia entre los géneros que se ha dado en las intervenciones parlamentarias, y esto sí es motivo de alarma.

Si se da por hecho que el jurado, que seleccionó a los nominados, analizó cada una de las propuestas y designó a los mejores candidatos o candidatas a la vista de sus méritos, la explicación que justifique la casi nula participación femenina debe buscarse en la ausencia de propuestas de mujeres. Si en Huelva hay nombres femeninos, populares y destacados, en la categoría de Deporte, por ejemplo, se concluye que éstas no han sido propuestas. De ahí, que lo que más triste es comprobar que la propia sociedad establece desigualdades y que a la hora de proponer, solamente se vienen a la cabeza nombres masculinos.

El pasado año tuve el inmenso honor de ser elegida Onubense del Año en Educación. En la foto de los premiados, fui la única mujer en el escenario con el galardón en la mano ¿Habrá alguna este año en la foto?

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