La otra orilla

Javier Rodríguez

Paparruchas

Me dijeron que los inmigrantes cobraban ayudas nada más cruzar la frontera, que les daban viviendas nada más llegar a España y gozaban de una vida llena de privilegios aunque su entrada en el país se hiciera de forma ilegal. Puesto que soy trabajador social y trato habitualmente con inmigrantes sin papeles, les pedí la fuente de esa información para poder ayudarles de una manera más eficaz, puesto que muchas de las personas con las que trato tienen graves problemas económicos, muchas dificultades de acceso a los sistemas que garantizan los derechos (a la salud, a la educación, a la justicia…) y carecen de vivienda digna. No obtuve una respuesta clara: "Todo el mundo lo sabe", "lo he visto en internet", "me lo dijo un amigo"…

Esa falta de respuesta nos da una pista clara sobre el asunto. En este caso mis interlocutores ni siquiera se molestaron en usar la falacia de autoridad: "Uno que trabaja en la Seguridad Social", "un documental de la 2"… pero tampoco los noté muy receptivos cuando les expuse los casos, la legislación y las razones que contradecían su tesis. Daba igual. Si aceptaban el hecho de que estaban difundiendo un bulo se caía todo el andamiaje del discurso que sostenían: "amparada en el buenismo, estamos sufriendo una invasión musulmana que, en último extremo, es la que provoca el terrorismo". Un discurso que no necesita realidades, da igual que no exista ese buenismo, da igual que no exista invasión (de hecho el saldo migratorio entre 2010 y 2015 nos dice que han emigrado 571.193 personas más que las que han entrado en el país) y mucho menos musulmana (son una clara minoría los que han llegado en ese periodo procedentes de países de mayoría musulmana), lo importante es mantenerse firme en la defensa de "nuestros valores, la unidad y la defensa de..." vaya usted a saber qué.

El día siguiente a la elección de Trump como presidente de USA una periodista pillaba una mentira a la jefa de prensa del presidente y esta contestaba que "eran hechos alternativos". Sabemos que cierta prensa se ha abonado a esa "realidad alternativa" que permite mentir sin pudor, utilizar imágenes de un sitio para documentar noticias de otro, descontextualizar los hechos… con tal de que se sostenga el discurso que interesa al medio en cuestión. Es lo que ya se ha empezado a denominar como "posverdad" y que el tuitero @lacrimaererum85 invitaba a llamar hace unos días, simplemente, paparruchas.

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