La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Pactos muy desequilibrados

La letra de la Constitución de 1978 todavía no se vulneró, su espíritu ya ha sido hecho trizas por el pacto con ERC

La negociación de los pactos del PSOE con los dos partidos independentistas, el vasco y el catalán, ha sido muy desequilibrada, y tómese el término desequilibrada como falta de equilibrio y simetría, y también en el sentido estricto que recoge la Academia: como carente de sensatez y cordura, "llegando a veces a parecer loco". Tanto que, en el mejor de los casos para Pedro Sánchez, si no les da lo que les ha prometido y tal como se lo ha prometido, lo dejarán caer en unos cuantos meses. No con moción de censura, pero sí bloqueándolo en el Congreso. Con el PNV Pedro Sánchez se ha comprometido a "adecuar la estructura del Estado al reconocimiento de las identidades territoriales" mediante "las modificaciones legales necesarias atendiendo los sentimientos nacionales de pertenencia" y "abrir cauces para promover la representación internacional de Euskadi en el ámbito deportivo y cultural". Eso se comenta por sí solo, y se complementa y culmina con que se concede a los socios vascos la transferencia del tráfico... a Navarra, ninguneando a gobierno y parlamento de esta comunidad autónoma, que en la Constitución es independiente del País Vasco.

Con ERC todo es peor, claro. La calculada ambigüedad con la que Pedro Sánchez seguramente pretende engañar a los españoles o a los republicanos -o a los dos a la vez- no alivia ni suaviza el contenido esencial de los dos folios que sustentan la alianza entre unos y otros: el diálogo se iniciará en un par de semanas, será entre iguales, de gobierno a gobierno, no entre la representación del Estado y la representación de una de sus partes, se trata de resolver un conflicto político entre los dos bandos, se negociará sobre todas las propuestas que cada cual quiera, sin vetos ni tabúes. Estos acuerdos ya escaman, pero hay otros aspectos que, más que escamar, desmoralizan y deprimen. Como que no haya una sola mención a la Constitución (debía ser la contrapartida de Sánchez en el pacto a la tabarra de ERC con la autodeterminación), sustituida por un vaporoso "en el marco del sistema jurídico-político". Como que los acuerdos futuros, que afectarán a Cataluña y a España, solamente serán objeto de consulta en Cataluña. Como que se propongan "superar la judicialización". ¿Significa que los tribunales tendrán que dejar de juzgar a quienes se salten la ley? ¿Que la sedición se arregla negociando políticamente?

La letra de la Constitución aún no se vulneró. Su espíritu ya ha sido hecho trizas.

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