La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

¿Pacifistas y a favor de Rusia?

No hay un conflicto entre Rusia y Ucrania, sino una invasión: se trata de ayudar a la víctima o beneficiar al agresor, es todo

No sabría decir si la negativa de Podemos a respaldar el envío de armas a Ucrania decidido por el Gobierno del que forma parte es una muestra de ingenuidad o de cinismo. Un ejemplo de apuesta por la paz en el mundo o de pacifismo de pancarta y pegatina que al igualar al agresor y al agredido absuelve al primero. Propendo a creer en la buena voluntad de todos los políticos, pero en este caso cuesta disculpar la actitud de dos ministras y del portavoz parlamentario de uno de los partidos gobernantes.

Mayormente, por el lenguaje que utilizan, los argumentos que dan y las consecuencias objetivas que provocan. Hablan de un conflicto entre Ucrania y Rusia, que, según ellos, no se puede arreglar armando a la primera, sino con diplomacia hasta conseguir un acuerdo de paz. Pero, ¿qué conflicto es ese? No hay conflicto, sino invasión. No hay dos partes enfrentadas ante las que mediar, sino la agresión de una superpotencia militar a una nación soberana, reconocida internacionalmente, con el objetivo de destruirla o someterla a sus intereses. Se trata de saber si uno se coloca junto a la víctima, ayudándola a resistir, o al lado del verdugo, y parece mentira que esto no lo vea un partido habituado a contemplar el mundo, y la vida, en términos estrictamente binarios.

Los gobiernos de la Segunda República, ¿habrían tenido que negociar con Franco en vez de combatirlo? Los gobiernos democráticos de la época, ¿hicieron bien en no armar al Ejército republicano, precisamente invocando el deseo de paz y para no intervenir en un conflicto interno? La Resistencia francesa, ¿se equivocó con sus atentados contra el invasor nazi? Los gobernantes que cedieron territorios europeos a Hitler creyendo que lo apaciguarían, ¿no aceptaron la humillación para parar la guerra y acabaron humillados y en guerra, como les acusaría Churchill?

Esta guerra la ha venido avanzando Putin desde hace dieciséis años. La resistencia ucraniana está siendo impresionante. Las sanciones occidentales y el clamor mundial, impactantes. Los efectos negativos en la economía de todos los países, innegables. Sean mequetrefes intelectuales o enanos morales, sea por ingenuidad o cinismo, hay autoridades españolas que hacen el juego a un déspota belicista, y lo hacen en nombre de la paz. Votan lo mismo que Rusia, Corea del Norte, Siria, Bielorrusia y Etiopía y contra 140 países. Hablan igual que Maduro. Y están orgullosas de todo ello.

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