Opus Dei

El 'motu proprio' del papa Francisco sobre el Opus Dei ha dado lugar a las más variopintas interpretaciones

Sigo con enorme interés los comentarios variopintos sobre el motu proprio Ad charisma tuendum con el que el papa Francisco ha modificado aspectos del régimen canónico del Opus Dei. Aunque no es lo importante, mi interés también es personal, en cuanto que soy del Opus Dei, gracias a Dios. Según los periódicos, el motu proprio conlleva cierta rebaja del estatus jurídico o una pérdida de influencia o una reconvención encubierta. Pero "¿quién soy yo para juzgar?", me digo, citando una de las más virales frases de Francisco. Y eso a pesar de que él nos animó a criticar en su inolvidable carta apostólica Candor lucis aeternae sobre Dante Alighieri. "En su misión profética de Dante -elogió- se incluye también la denuncia y la crítica dirigida a los creyentes, sean Pontífices o simples fieles".

Pero yo no soy Dante, así que me quedo en el más acá, por ahora. Asumo que Francisco habrá tenido a bien cambiar lo dispuesto por san Juan Pablo II y ratificado por Benedicto XVI por algo. En la práctica, como su motu nos anima a cuidar el carisma, volveremos en buena lógica los ojos hacia san Josemaría Escrivá de Balaguer, que, como fundador, lo configuró.

Siempre insistió en el amor al Papa, y predicó con el ejemplo, y eso en unos tiempos convulsos en que tuvo que sufrir muchísimo y clamó (léanse sus tres cartas Las Campanadas y tantos otros escritos y vídeos) por algunos derroteros que veía en la Iglesia, como el descuido de la liturgia, especialmente de su muy amada misa en latín; y también por la desorientación moral, sobre todo en las cuestiones relativas al matrimonio y a la vida. Pero nada enturbió (como tampoco en Dante, por cierto) su agradecida condición de hijo fidelísimo de la Iglesia católica.

El corazón de su carisma es la búsqueda de la santidad en las circunstancias corrientes del laico, siempre con el máximo de responsabilidad personal y de libertad invulnerable. Tanta es la libertad que yo no he enseñado a nadie este artículo, que escribo motu proprio, como quien dice. Una vez san Josemaría sí corrigió al doctor Ortiz de Landázuri, hijo suyo en la Obra. No le había pedido que fuese a Navarra "a montar una universidad", como éste dijo, sino "a hacerte santo montando una universidad". O sea que, montando o remontando el encaje jurídico que quiera el actual Papa, lo nuestro es buscar, encontrar, amar a Cristo. A eso Ad charisma tuendum nos va a empujar una barbaridad.

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