Ajuste fino

Antonio Castro / Ancastro@huelvainformacion.es

Onubenses sin ministerios

CUANDO uno se pone a hacer el desglose del nuevo equipo de ministros por género, regiones y provincias, la conclusión es que Huelva sigue sin tener su hombre o mujer en Madrid y permanece colgada de la Mesa del Congreso gracias a la secretaría de Javier Barrero.

Cuando los presidentes nombran a sus ministros, como ha hecho Zapatero, siempre se suelen perder en un mar de explicaciones sobre la estructura del equipo, las funciones y cometidos. Pero desde provincias, lo que a la gente le interesa es si cuando vaya a Madrid va a poder ir a ver al paisano que hay en el ministerio, y no ya de Agricultura, que es el que está más cerca de la estación del AVE, sino cualquiera.

El último ministro de Huelva fue Pérez Miyares, allá por el paleolítico de la democracia. Y Félix Manuel, que tenía la cartera de Trabajo, no sólo procuraba crear empleo como era su obligación, sino que recibía a sus paisanos en el ministerio cuando los onubenses que le conocían iban a la Villa y Corte. El amigo de don Félix se presentaba en el ministerio con su jamón o lo que fuera, y el servicio de seguridad ya sabía que podía pasar sin necesidad de control ni detector de metales. El paisano llegaba con su jamón, saludaba e iba directamente al despacho del ministro: "Félix, qué tal...".

Pérez Miyares dejó un despacho ministerial muy compuesto en el plano de la decoración, con sus luces y algún que otro complemento, y cuando Javier Arenas ocupó aquel lugar se extrañó de la herencia estética que aún quedaba del onubense.

Pero desde Pérez Miyares, aquí no hay cuota ministrable ni femenina ni masculina que pase por la provincia. Y así nos va.

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