Nos consta que el tema es vidrioso y su consideración tiene para unos un concepto permisivo, indulgente, conmiserativo y hasta propicio a la transgresión reiterada y la impunidad. Por supuesto para el que lo sufre tiene efectos y reacciones muy contrarias. La elevada profusión de esta actividad ilegal - una media de cuarenta okupaciones diarias en España -, han originado además mecanismos y procedimientos que bajo el título de Manual de la okupación, muestra técnicas para invadir casas aunque también qué pueden hacer los propietarios afectados. Lo que leemos es bastante inquietante, pero desgraciadamente es así: "El movimiento okupa sabe cómo invadir casas y ocuparlas sin que puedan echarles. Tienen un Manual que se transmiten a través de las redes sociales. Es una técnica perfecta para okupar aprovechando los agujeros de la ley".

En Huelva tenemos ese problema y en estos días se ha intensificado de manera dramática y muy preocupante. Si lo sufrieron durante varios meses los vecinos y comerciantes del barrio Costa de la Luz y calle Punta Umbría, que se esforzaron con denodado empeño en resolver el problema de la okupación y el comportamiento incívico que alteraba la convivencia de este sector de la ciudad, son ahora los vecinos del Molino de la Vega y concretamente de la calle Macías Belmonte, los afectados de una manera alevosa por estas conductas antisociales e intolerables, que provocaron, incluso, el incendio de una nave en la calle Santiago Apóstol, tras una disputa entre dos okupas y que será derribada debido al mal estado de la estructura del edificio. El caso de la ocupación del bloque de la calle Macías Belmonte se encuentra ya en el juzgado si bien los trámites judiciales van muy lentos.

El portavoz del Grupo Municipal de Ciudadanos, Guillermo García de Longoria, pedía que se ponga en marcha el protocolo antiokupa que hace casi un mes se aprobó en Pleno y que recogía esta iniciativa con un margen de un mes "para saber en qué situación se encontraba" su ejecución, acusando al alcalde de volver "a caer en la lentitud ante un problema que es de máxima urgencia". No es la primera vez que esto ocurre. Es sabido que muchos de los acuerdos plenarios del Consistorio onubense o se tardan en cumplir o no se cumplen nunca. Algún día debiera dársenos cuenta de estas demoras e incumplimientos. A estas reivindicaciones se han sumado la asociación de vecinos, portavoces de los grupos municipales de PP y Vox, así como el concejal no adscrito Néstor Santos.

Huelva, una ciudad tranquila, alegre y confiada, no puede ver alterado su bienestar cívico por estos atropellos a la propiedad privada y a la convivencia social con muestras de agresividad y provocación, como manifestaban los vecinos - que han iniciado un calendario de movilizaciones hasta el 5 de agosto -, deseosos de liberarse pronto y decididamente de este problema que está generando inseguridad en la zona.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios