La noticia me sorprendió. No la esperaba, aunque era deseada. Me entero de que la Corporación Municipal ha acordado remodelar en toda su estructura la Plaza de la Merced. Mejor dicho, se va a volver a darle la forma primitiva. Aquella que desapareció en la década de los años 70 del pasado siglo.

Quienes con tanta paciencia me siguen en mis escritos en nuestro periódico, conocen mis debilidades urbanas onubenses y como es natural para mí, una de ellas es ese lugar donde nací hace muchos años: la Plaza de la Merced. La típica y bella plaza de la Vega Larga, en el centro del Paseo de la Independencia, ha tenido tres cambios en su perímetro y ornamentación a través de los tiempos. Desde aquella plaza arbolada de acacias, con suelo terrizo que contempló la capilla de San Roque y que era el extremo de la geografía onubense, pasando por la época de las farolas de gas, hasta esa otra plaza con aires modernos que vio el siglo XX hasta su séptima década, la visión de la plaza tomó una forma de cuadrado exacto, con ligerísimo declive hacia la carretera del Paseo de la Independencia y un kiosco de hierro de romántica factura, donde se celebraban conciertos por la Banda Municipal, con bellos azulejos junto a sus cuatro subidas y jarrones de flores sobre las barandas de ladrillos.

La plaza era bella, útil, con cierto sabor local, con una visibilidad total en todas sus zonas y donde las palmeras que la acompañaron desde finales del siglos XIX y principios del XX, hasta nuestros días, le dieron una belleza que a muchos nos cautivaba, como aquellos bancos de hierro, de doble espalda, muy cómodos y que desaparecieron en su totalidad con la nueva transformación en los años 70.

Nunca supe a quién se le ocurrió cambiar el aspecto de la genuina y característica plaza que tantos años contemplé desde mi balcón, encima de la fábrica de jabones La Sevillana de la familia Pardo. La verdad es que la plaza estaba abandonada de reparaciones en todos los aspectos y esto hizo que las fuertes protestas por el estado de la misma, entre ellas las mías, en prensa y radio, hicieron que se tomara la decisión de hacer una nueva plaza. Y salió lo que ahora ustedes pueden apreciar y que rompió toda la estética tradicional del lugar creando unos desniveles y tapando la visión estructural de la panorámica de la plaza.

De pronto me encuentro con la noticia de que nuestro Ayuntamiento ha decidido que la plaza vuelva a su visión primitiva. ¡Aleluya!

Espero que esta vez las cosas se hagan mejor. Confío en Manolo Gómez y su equipo. La plaza debe volver a como siempre fue y si se puede mejorar ¡mejor!

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios