Nadia sabe perder

Tres de los cuatro países que han presidido el Eurogrupo tienen pasarelas con los paraísos fiscales

Ahora conocemos otra virtud de la ministra Calviño: sabe perder con elegancia. No es fácil cuando se es favorita y te apoyan los grandes. Sin ir más lejos, Susana Díaz no supo perder hace tres años cuando Pedro Sánchez la arrasó en la cruenta batalla por la secretaría general del PSOE, a pesar de estar apoyada por los pesos pesados del partido y casi todos los presidentes autonómicos socialistas en ejercicio. La vicepresidenta económica del Gobierno fracasó el jueves en su intento de convertirse en presidenta del Eurogrupo y sin embargo ha sabido poner buena cara: "estas cosas pasan".

A pesar de que el nombre parece darle mucho rango, el cargo es informal y no pasa de ser un coordinador de los 19 ministros de Economía de los países que comparten la moneda única. Habría sido la primera vez que un país grande ocupase ese sillón, tras Luxemburgo, Holanda y Portugal. Y también la primera mujer. La candidata era excelente, por preparación y currículo, y si el voto hubiese sido ponderado por población y PIB habría tenido el 80% de los apoyos.

Para España era de enorme importancia estratégica en una coyuntura en la que por primera vez en la historia se va a emitir deuda conjunta y urge una efectiva armonización fiscal comunitaria, aunque estas no sean competencias del Eurogrupo. Con la victoria del candidato irlandés el puesto se consolida como el destino natural de dirigentes de países que tienen pasarelas accesibles con los paraísos fiscales: los sistemas impositivos de Luxemburgo, Holanda o Irlanda le cuestan un dineral a las haciendas de los demás y sirven para que las grandes multinacionales tecnológicas norteamericanas evadan impuestos en Europa. Sólo Portugal se ha salido de esa tradición.

El balance es una derrota para España, que pierde influencia en vísperas de la difícil negociación presupuestaria de la semana que viene, con ayudas condicionadas. Ha sido un revés para el presidente Sánchez, que merma su prestigio como líder socialdemócrata de la UE. Se ha negado por activa y por pasiva, pero las declaraciones de Pablo Iglesias en el Congreso identificando con la extrema derecha a los gobiernos de Holanda o Austria no ayudan en estas situaciones, ni con los señalados ni con los demás. Será una paradoja, pero indirectamente el jefe de Podemos es el más beneficiado con este fiasco: Calviño es el principal secante dentro del Gobierno a sus propuestas izquierdistas, y habría visto aumentar su autoridad en La Moncloa. Todo eso se perdió el jueves.

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