Nacionalismo choquero (II)

Me gustaría ver a esos 'chipichangas' en situación, habría que hacerles un huerto para ello

Sentados tomando una manguara, tras haber ingerido un papelón de tejeringos, dos choqueros cabales, en ningún caso pitorras, conversaban sobre la idea del "nacionalismo choquero" y se preguntaban qué nivel de lenguaje de aquí habría que exigirles a quienes no colocan a nadie si no dominan el que se habla por la zona del nordeste de España, mal que les pese. Le decía uno al otro: "¡hombre, según la cualificación del puesto!". Vale, pues como todos, los niveles precisos y reconocidos.

Habría no solo que conocer significados, construcción de frases y conversación sino dominar la fonética, puesto que nuestra lengua tiene enormes singularidades gracias a su origen y riqueza dialéctica de todas las comarcas de nuestra nacionalidad. Para ser justos y honestos, organizaremos cursos acelerados, bajo la dirección del amigo Juan Carlos, an cá el Ciquitraque, por cierto, palabra a reconocer por los aspirantes para poder acceder al curso, con apoyo audiovisual, por supuesto.

Se decían uno al otro: "Es que está clara la jartura de que nos sigan jeringando con tanta jangá y esa petera del secesionismo, ¡totá pa que se peguen un vejigazo!".

Interpretar esta conversación y traducir, expresando qué preferirían, si tener un trompo paito o rascancio, dónde podría acabar si el mismo es pintao o coronilla. Aclarar si su butre es de piedra o de barro, si prefiere jugar flojito arrimá o valiendo por tablas. Ser consciente que con una maña tan colúa no se puede tener empicao el hoyo con lo que se puede recibir de castigo sardis o pescaíllas, según se haya acordado previamente para el perdedor.

Si la zona del juego está empercochá porque enenante habría jaramagos, pitas y tumeras, habrá que espantar a los gañafotes y dejarlo todo como los chorros del oro, pero camuflando el tragabolas para que caigan los primos.

En fin, amigos lectores, según la interpretación del texto podríamos ir valorando los niveles. Me gustaría ver a esos chipichangas en situación, habría que hacerles un huerto para ello, pero si les preguntamos: ¿venís?, ¿a dónde?, nos dirán… en choquerismo nacionalista, sabéis la respuesta: ¡A empujá la canoa!, suponiendo que sepan lo que es aquí una canoa. En fin, hasta el próximo día, ¡condios!

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