tiempo de academia

MANUEL E. FIGUEROA CLEMENTE

Profesor de la Universidad de Sevilla y académico de número de la Academia Iberoamericana de la Rábida

Monseñor Gómez Sierra, obispo de Huelva

El día 25 de julio en la Catedral de Huelva, la querida Iglesia de La Merced para Huelva y especialmente para su barrio, acogió el acto de toma de posesión del nuevo obispo. La especial situación que vivimos, en relación con la Covid-19, obligó a que el acto fuese con reducción de aforo en una realmente calurosa tarde de estío. Es cierto que en otras circunstancias seguro que en la Iglesia Catedral de Huelva no se hubiese cabido, pero aun con la reducción de aforo y mucha gente fuera de la iglesia compartiendo el acto, fue un momento lleno de gran belleza y profundidad, donde todos los presentes nos sentimos unidos en la fe con don Santiago. Don José Vilaplana Blasco, tras catorce años de fecunda labor como obispo de Huelva y un incansable camino de evangelización en un mundo real con el que se ganó a Huelva y su provincia, le dio posesión a don Santiago Gómez Sierra. Acompañaron al nuevo obispo Monseñor Juan José Asenjo Pelegrina, arzobispo de Sevilla, el cardenal Carlos Amigo y once obispos junto con el secretario de la Conferencia Episcopal Española y Monseñor Gian Luca Perici en representación de la Santa Sede. La Coral de la Catedral de Huelva acompañó toda la Santa Misa de una forma que elevó el alma de los presentes. Muchas autoridades de Huelva asistieron al acto, incluido el alcalde de Huelva D. Gabriel Cruz Santana. Como onubense y hermano desde 1955 de la Hermandad de Los Judíos (Hermandad de La Merced) no quiero pasar por alto la ayuda prestada por dicha hermandad, con su Junta de Gobierno y hermanos, a la organización del acto de toma de posesión del nuevo obispo de Huelva. Hubo muchas palabras de luz en la Eucaristía, el Espíritu Santo llenó la Catedral de Huelva. Don Juan José Asenjo invitó a don Santiago Gómez Sierra a sentarse en la cátedra (la silla) y le entregó el báculo que simboliza la sucesión apostólica. La Catedral de Huelva, nuestra Iglesia de La Merced, vibró ante un entusiasta aplauso de los asistentes en tan solemne momento. El obispo de Huelva pronunció su primera homilía en esta ciudad que será su casa y manifestó, tras decir que comenzaba para él un vínculo con la Iglesia que peregrina en Huelva, una Iglesia en salida como dice el papa Francisco: necesitamos volver a vincularnos con los pobres y marginados para construir verdaderamente una sociedad que busque con perseverancia el bien común. Palabras sabias, actuales y necesarias, llenas de amor y misericordia. Huelva necesita un obispo como Monseñor Santiago Gómez Sierra, sacerdote del mundo y para el mundo, para una sociedad con carencias que debe labrar, desde la justicia y la equidad, y la ayuda de la fe en la verdad evangélica, un futuro donde el bien común sea una realidad estable. La ciudad de Huelva tiene casi 150.000 habitantes y existen barrios con manifiestas carencias. La vida vibra en los barrios de Huelva cada día. Huelva tiene una importante área metropolitana y un conjunto provincial muy rico, con pueblos lejanos de la capital en su preciosa Sierra y zonas con mucho paro, debilitadas aún más por los tiempos que vivimos. En Huelva hay una profunda religiosidad popular manifestada por sus Hermandades y Cofradías, tan queridas en la ciudad. Qué decir de las hermandades del Rocío. La provincia de Huelva tiene innumerables fiestas de patronas donde se ensalza a la Virgen en muy diferentes advocaciones llenas de fe y cariño. Huelva tiene una universidad en crecimiento y una rica vida intelectual manifestada por sus Academias como, por ejemplo, la Academia Iberoamericana de La Rábida. Huelva es una ciudad con una ciudadanía entrañable y generosa. Toda esta realidad, pobremente expresada en mis cortas letras, pero llena de amor a la tierra que me vio nacer, es el escenario donde don Santiago Gómez Sierra debe desarrollar su magisterio.

Tengo claro que el mundo es un puzle lleno de piezas que tienen que encajar en un medio de formas y factores cambiantes, un mundo complejo. Pido a Dios como onubense que dé luz a don Santiago, que el Espíritu Santo lo ilumine, para ayudar a que las piezas de Huelva encajen por el bien de todos y se robustezca nuestra fe y también nuestras relaciones humanas en el marco de una provincia solidaria y justa. Recuerdo de nuevo aquí un mensaje esencial del obispo de Huelva en la toma de posesión de su prelatura: necesitamos volver a vincularnos con los pobres.

Huelva recibe a su nuevo obispo, Monseñor Santiago Gómez Sierra, con fe, esperanza y amor. Una fe que compartimos, no solo una fe cristiana sino también en un futuro importante para Huelva, una esperanza, fuerza motriz para la acción, en un camino juntos onubenses y su obispo, y amor, la esencia que llenando el corazón nos marca el camino de la misericordia y el bien común. Bienvenido a Huelva, don Santiago, obispo de Huelva.

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