Graderío

Paco / Gamero

Mismo sitio, casi a la misma hora

HACE un poquito más de un año el Recre jugó un partido en Pamplona, si no en idéntica situación, sí al menos muy parecida. El Decano se veía las caras con un Osasuna que, como ahora, se jugaba la tranquilidad absoluta para el resto de una competición, que le llevó, al igual que al Recre, a jugarse las habichuelas en aquella infernal jornada de retrasos y transistores que dio con los huesos del Zaragoza en la Segunda División.

Hace un poquito más de un año al Recre le iba la vida misma en un partido que, como ahora, tiene el mismo escenario, el antiguo El Sadar, ahora llamado por mor de los dineros en el Reyno de Navarra.

Hace un poquito más de un año el Recre salió con vida de la 'encerrona' que, como ahora, tenía preparada un equipo que tiene como principal argumento su estadio, su gente y el temor que produce en los rivales y los árbitros cuando todos a una apoyan a Osasuna. Lo del ripio va con intención.

Hace un poquito más de un año el Recre logró esos tres puntos que le dieron la vida, y aunque tuvo que seguir peleando hasta el final de la competición, esa victoria lograda a base de sangre, sudor y lágrimas le allanó el futuro hasta lograr, en ese mencionado día de transistores, una nueva continuidad en Primera División.

Ahora, un año después, la historia se repite. El Osasuna se vuelve a poner en manos de su afición, de su estadio, para ganar y ganar tranquilidad, ante un Recre que acudirá a la cita a sabiendas de que o camina o revienta.

Esta historia no es nueva para el Recre. Ya la pudo vivir hace un poquito más de un año, y entonces tuvo un final feliz.

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