Anda Susana Díaz propugnando la creación en el Parlamento de una Mesa sobre financiación autonómica. El objetivo teórico es la defensa de los intereses andaluces, para proteger servicios públicos. Pero hay otro menos confesable, en el que es maestro el PSOE andaluz; agitar la verde y blanca con tal habilidad que le proporcione votos y se los reste al PP, convertido en losmalvados azules del Yelow Submarine cada vez que se aproximan elecciones. Ya ha aceptado el reto una dirigente que comparte espacio político y estilo teatral con Díaz: Teresa Rodríguez, de Podemos.

En esto, el ministro de Hacienda ha entrado en escena. Tiene Cristóbal Montoro el don de la inoportunidad política y personal. Cuando debe estar humilde se muestra soberbio. Recién reprobado, acaba de anunciar que una vez más quiere ajustar el déficit del Estado por el gasto de las autonomías, con lo que la Junta tendría que recortar sus presupuestos en unos 450 millones. A la presidenta le ha faltado tiempo para clamar por lo injusto e inmoral que resultaría ese hachazo "para la sanidad, la educación y la dependencia en Andalucía".

Buen tema para una amplia discusión sobre financiación, que debería producirse en una mesa redonda. Es decir que se discutieran todos los ingresos propios o ajenos y cómo se gastan. Por ejemplo, ningún partido discute el Concierto Vasco, salvo Ciudadanos. Pablo Iglesias tuvo la desfachatez en su moción de censura de llamar sinvergüenzas a los canarios porque habían sacado unos cientos millones para las islas a cambio de votar los Presupuestos y calificar de listos a los del PNV por conseguir miles de millones para Euskadi por lo mismo. Añadió que respeta el Concierto, todo un canto a la desigualdad.

La Mesa debería encargar una auditoría sobre los fondos europeos, para saber lo que se hizo bien o mal. Afloraría que el PP le sisó a Andalucía 550 millones anuales de los fondos estructurales de la Agenda 2000. Y se gastó en los años de Aznar el Fondo de Cohesión en Madrid (48,3% del total en 2001), Cataluña (45,2% en 2002) o en territorios que gobernaba: el Ave a Valladolid se hizo con fondos de cohesión, mientras el Córdoba-Málaga en la misma época se hizo con Feder de Andalucía. Adicionalidad para los suyos. Por el contrario, sabríamos que no se ha discriminado a esta región por la reciente reducción de fondos agrarios. Con la disminución de la PAC, el auge de ayudas al Este y el equilibrio con otros territorios, Andalucía salió bastante bien. En todo caso, auditoría contra tacticismo.

Y contra las lágrimas de cocodrilo a derramar ante posibles nuevos recortes, que no se ponga el escudo de sanidad y educación. La Mesa debería saber lo que cuesta la administración paralela de la Junta; cientos de millones en agencias, fundaciones o empresas de dudosa utilidad. Sólo un Canal Sur obsoleto cuesta 140 millones anuales. Bienvenida sea la Mesa, pero redonda: sin recovecos ni ventajismos. Con transparencia.

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