Británicos y australianos estuvieron el martes en Huelva para homenajear a dos militares enterrados en el cementerio inglés de la capital, 80 años después de que fallecieran en un accidente de avión en Gibraleón durante una misión en plena Segunda Guerra Mundial. La iniciativa emprendida por un grupo de británicos residentes en el Algarve portugués, conocedores de la historia de los pilotos caídos en Huelva, dejó un emocionante acto, sólo deslucido por el estado de abandono del camposanto protestante aledaño a La Soledad. Un buen momento para que la Iglesia Anglicana se plantee su arreglo y se convenie su apertura a visitas turísticas en Huelva.

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