María Fernández

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Mamá, me quedo en casa

En Huelva, con precios más competitivos, hay quien sí puede solicitar el bono pero no le alcanza para el resto

Estos días he leído en prensa que en España residen algo más de 6,8 millones de jóvenes de entre 16 y 29 años, y apenas un millón de ellos viven fuera de su hogar familiar. Eso se traduce en una tasa de emancipación del 14,9% o, lo que es lo mismo, el porcentaje más bajo en lo que llevamos de siglo XXI.

Unos datos que a mí personalmente no me sorprenden. Lo veo a mi alrededor e, incluso, diría que lo vivo en primera persona. Aunque yo sí podría permitirme un alquiler, a día de hoy comprarme un piso decente se me antoja una odisea. Y eso que nunca he sido de derroches ni gastos innecesarios. Podría acceder a alguno, lo reconozco, pero ni de cerca se asemejaría al de mis sueños después de llevar trabajando más de 10 años en mi profesión. Que con los tiempos que corren ya es un decir…

Y si esto me ocurre a mí, con un empleo digno y viviendo en una provincia como Huelva, no quiero ni imaginarme por lo que estarán pasando todos esos jóvenes de Barcelona o Madrid, donde encontrar un piso de alquiler por menos de 600 euros es poco más que un milagro. Pero, ojo, ¡que el Gobierno ha aprobado el bono joven del alquiler! Un avance valioso, no te digo que no. Pero enormemente insuficiente ante un problema estructural. Y para muestra, un botón.

El documento que regula esta subvención establece que el importe de alquiler máximo para poder recibir esta ayuda es de 600 euros, aunque en algunos casos se podrá ampliar esa cantidad a 900. Pero según el portal inmobiliario Fotocasa, la oferta de pisos por debajo de 600 euros al mes en Madrid es de apenas el 1,4% del total, mientras que en Barcelona es del 0,8%. Si se eleva esa cantidad a los 900 , el porcentaje de viviendas disponibles en Madrid es del 29% del total, y en Barcelona del 18% ¿Qué pasa con todos esos jóvenes que no pueden optar a la ayuda?

Pero, aún peor: ¿Qué pasa con todos esos jóvenes que sí pueden solicitarla pero que, aún así, no pueden pagar el resto? Porque, permítame, Pedro Sánchez, en Huelva, aún con precios de vivienda más competitivos que en la capital, hay muchos que ni se pueden plantear marcharse porque o no tienen trabajo o ganan una miseria. Y esa es la gran realidad. Antes que el bono de alquiler, sin duda, está el empleo. Porque con esta tesitura, y viendo el panorama, más merece la pena invertir en una oposición que emanciparse o meterse en hipotecas con trabajos precarios y salarios que ahogan. Y así nos va. Cada uno en su casa y Dios en la de todos.

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