el ARENGARIO

Olga / Guerrero / Chamero

Literatura cofradiera

RECUERDAN aquellas revistas como El Dintel, El Contraguía, Huelva Penintente o el Boletín del Consejo, en las que se leían artículos de investigación, reflexiones y noticias de actualidad. Parece que se están perdiendo estas publicaciones impresas a favor de la divulgación a través de las nuevas tecnologías. Este hecho llega a tal grado que hasta los boletines de ciertas hermandades han perdido su formato papel. Ahora todo aquel que quiera estar informado tiene que bichear por internet, y no es que no esté a favor, aunque eche mucho de menos el formato papel; pues me van a decir que es lo mismo leer un artículo o un boletín que por el movil, o en el ordenador. Cierto es que en la red existe mucha información, pero se halla dispersa, numerosos blogs, páginas, revistas díficiles de localizar… además adolece de la publicidad necesaria, aquí funciona el boca a boca o los mensajes personalizados. Otro aspecto en lo que estarán de acuerdo conmigo es el aval, si no existen consejos editoriales, de redacción, ni referis ¿quién garantiza o contrasta la información de los artículos que se hallan en internet? Estas publicaciones digitales ponen a la misma altura a Teorodoro Falcón, Carlos Colón o Eduardo Sugrañes con Pepito Pérez.

Esta manera de divulgar parece estar también sustituyendo a los libros. Huelva adolece de una literatura que narre la Historia con mayúsculas y nuestra historia menuda, escasos son los ejemplos que existen y los que poseeemos tienen ya unos añitos. No podemos negar que el tema suscita gran interés, tanto en actos como en los medios audiovisuales se dispara la audiencia y más si se trata de nuestra intrahistoria, con miembros fundadores, personajes carismáticos o personas que imprimieron personalidad a las cofradías tal y como las conocemos hoy ¿Se perderá este conocimiento?

Numerosos ejemplos tenemos en la ciudad vecina con publicaciones costumbristas, sobre floklore, anecdotarios, terminología cofradiera, historia de capataces y costaleros, de las hermandades; desde primeros del siglo XX autores como Nuñez de Herrera o Sánchez del Arco pasando por Isidoro Moreno, Garrido Bustamante o Juan Carrero hasta los más actuales como Navarro Antolín o García Haldón, han narrado de manera accesible a todos los públicos la Historia con mayúsculas o la historia menuda. Debido a ello sabemos más de la Semana Santa 'sevillana' que de la nuestra propia.

La pregunta es ¿si tenemos investigadores, escritores, más cantidad de documentación, se engrandecen archivos… por qué no se publica? ¿Dónde reside el problema? Tenemos varias entidades locales donde publicar ¿no les llega pues ningún manuscrito, o es al revés y lo que falta es financiación?

La gravedad del asunto estriba en que al no publicarse el conocimiento actualizado de nuestra Semana Santa, no disponemos de medios de consulta y divulgación, la lógica consecuencia es que, se hace difícil apreciar lo que no se conoce.

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