Han pasado más de seis años desde que el proyecto se diera a conocer a los empresarios. En el plan de vuelo se presentaba como el polo de atracción hacia la provincia de una industria aeronáutica que hasta ahora estaba constituida por el eje Sevilla-Cádiz. Además, se hablaba de una aportación nada desdeñable para el empleo: 250 puestos de trabajo directos en su primera fase y 500 en la segunda. Pero es que su mayor interés era a medio y largo plazo porque el centro de ensayos para sistemas no tripulados CEUS (Centre of Excellence for Unmaned Systems) es una plataforma científica europea de primer nivel que atraerá hasta Huelva nuevas inversiones en materia de la ingeniería aeroespacial. ¿Una oportunidad? Mucho más que eso. Es uno de los proyectos industriales más importantes para Huelva y para Andalucía, con el consiguiente impacto socioeconómico en la provincia y con una demanda laboral de profesionales especializados al más alto nivel. De ahí, que la Universidad de Huelva, a través de su máster en RPAS (Remotely Piloted Aircraft Systems) venga formando desde entonces a profesionales altamente capacitados para ponerlos a disposición del CEUS y de la Industria de drones.

Los sistemas aéreos pilotados de forma remota han sido habituales en el sector militar desde hace muchos años, pero en la actualidad su aplicación en el sector civil está ofreciendo excelentes resultados en ámbitos tan dispares como seguridad, socorrismo, agricultura, patrimonio, industria o transporte…

Como era de esperar, tanto Gobierno central como Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Moguer (donde se ubican los terrenos) se mostraron desde el principio partidarios de un proyecto clave para Huelva, cuya inversión prevista asciende a 30 millones de euros, de los que 24 corresponden a la Administración central y 6 a la regional. Pero quizá, como en otros tantos asuntos, las palabras deben ir acompañadas de hechos y no ha sido así. Esta semana parecía que se iba hacia un aterrizaje forzoso, según se avanzaba en las páginas de este periódico. Al menos si no se reacciona a tiempo y se ponen a trabajar de inmediato (porque ya se ha perdido mucho tiempo) las administraciones competentes.

El proyecto CEUS corre un peligro más que serio de quedar fuera de la pista de despegue, ya que si se agotan los plazos y no se solventan los requisitos administrativos (¡pendientes de desde hace años!) será necesario comenzar con el procedimiento desde cero. El rodaje no sería igual porque hay otras comunidades autónomas, especialmente Galicia, con otros proyectos encima de la mesa esperando a que la provincia de Huelva no pueda sacar adelante el CEUS.

Ojalá se haga posible el despegue. Ojalá de una vez por todas el plan de vuelo lleve sus tiempos e inversiones. Y se cumplan, claro.

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