Lealtad frente a sumisión

La esperanza se ha quebrado por el desastre que se percibe o, más directamente, que se vive

En esta ocasión no ha habido sorpresa en los cambios de los ministerios. Carolina Darias a Sanidad y Miguel Iceta a Política Territorial y Función Pública. En principio, para hacer a Salvador Illa el candidato del PSC en las elecciones catalanas, rentabilizando un supuesto efecto Illa beneficioso para esas siglas, algo que a más de uno sorprende, porque su gestión no ha destacado por su brillantez. No obstante, sí hay que reconocerle su serenidad en sesiones con riesgo de crispación. Tenemos ya, pues, a otra persona que tomará las riendas de la cartera de Sanidad, y que ha de enfrentarse a una coyuntura crítica y grave, originada por la pandemia. Son varias las tareas claves que ha de asumir la nueva ministra, de las que subrayaré dos. Una, la necesaria coordinación entre todas las comunidades y ciudades autónomas, y, otra, un desempeño político que genere confianza y credibilidad en los ciudadanos. Con respecto a la primera hay que señalar que el que la mayoría de las competencias se han transferido, no es excusa para que el gobierno central no asuma el rol de coordinación que le corresponde, tanto en los temas generales como en los específicos, según las diversas situaciones epidemiológicas. En esto, la experiencia habida ha sido muy negativa, habiendo sido acompañada por el hecho de que el estado de alarma, con frecuencia, se ha utilizado desde Moncloa en provecho de intereses partidistas y gubernamentales, y no con criterios sanitarios. En cuanto a la segunda, sería muy deseable que se cumpliera para tener esperanza, quebrada por el desastre que se percibe o, más directamente, que se vive. Habrá que ver cuál es la capacidad de gestión de Carolina Darias en Sanidad pero, por muy buena que sea la que potencialmente tenga, para que le salga bien, deberá, por un lado, tener presente que ha de distinguir entre la lealtad a Pedro Sánchez por haberla nombrado y la sumisión a este personaje, de ego sobredimensionado y obsesionado por el poder; y, por otro, tendrá que cesar a alguien del equipo; en concreto, al que ahora es director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias, el licenciado Fernando Simón. Con alguien como él, no es que sea difícil, sino que es imposible recuperar la citada confianza y credibilidad. ¿Hace falta aludir al porqué? Creo que no. Dicho lo anterior, me parece que, al final, Darias será como Illa, pues hará lo que le indique Pedro Sánchez, una vez que este haya consultado a su sacerdote oracular, Iván Redondo. Es lo que hay.

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