Nos acercamos al final de un mes que siempre es esperado con alegría porque en él entra Huelva en esa época dorada que tiene que ser el verano. El mes de junio, sin duda alguna, ha sido un mes muy movido en actos , celebraciones, y sobre todo en ese circo de la política, en el que más que pasos seguros estamos viendo equilibrios de trapecistas.

El colorido y la alegría desbordante de la Romería del Rocío, abrió las puertas de un Pentecostés de la gracia que inundó las marismas almonteñas de salves y oraciones que llenaron los corazones de ese millón de devotos que cumplen su anual promesa de visitar a la Blanca Paloma.

No debemos olvidar que junio nos recordó el 175 Aniversario de la creación del Benemérito Instituto de la Guardia Civil, poniendo en la Plaza de la Merced ese sentido de entrega de un Cuerpo que se ofrece a todos los ciudadanos. Pero sin duda alguna, en el ambiente preveraniego, donde todos pensamos en nuestra playa de Punta Umbría, la sorpresa vino de manos de la política municipal. Cuando los ayuntamientos tomaban posesión de sus nuevas corporaciones, con más o menos problemas, yo diría que más, Punta Umbría nos dio la noticia de unos cambios de última hora que no dudo tienen sus fines políticos, pero que a los que estamos fuera de ello, nos dejan perplejos y nos confunden en nuestra visión sobre el desarrollo claro y unido de los pueblos. Pasada la tormenta política puntaumbrieña, esperemos que el verano sea para nuestra bella y cercana ciudad marinera el principio de arreglos, obras, organizaciones y medidas que hagan de Punta esa playa que todos deseamos, sin problemas de accesos a la orilla del mar, con más aparcamientos, cuya falta llena la vía pública de un enjambre de feo estilo; de recogidas de basuras a sus horas, de buenos servicios de bares y restaurantes, de chiringuitos mejor organizados, de una playa limpia y cuidada cada día, y de tantas cosas más que hay que tener proyectadas con anticipación para que esos miles de visitantes y de veraneantes fijos estén más confortables, de acuerdo con los impuestos y tasas que les cuesta el verano, y así, como un día titulé en el cariño a uno de mis libros sobre este querido pueblo, sea Punta Umbría un paraíso junto al mar.

El verano ha llegado, y al parecer, según los meteorólogos, con calor. Ese calor es el que nosotros quisiéramos transformar en gestiones decididas y reales para el bien de los puntaumbrieños y para todos cuantos se sienten corazón, actividad y vida para unos meses de estío en los que la provincia de Huelva, la llamada Costa de la Luz, es reina del esperado turismo.

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