Si Irene dice "sí" es "sí"

Las resistencias de Irene Montero a reformar su ley parecen irracionales, pero tienen su explicación

La cabezonería no es una táctica maquiavélica. ¿Por qué se resiste entonces Irene Montero a reformar la ley del sólo sí es sí (llamada la ley del suelto sí o sí) que ha sacado a la calle a violadores y ha rebajado a otros las penas? El desgaste social está siendo devastador para la coalición de Gobierno. Pedro Sánchez, sismógrafo de lo electoral, ya está queriendo hacer unas reformas que paren la sangría de noticias escandalosas.

Montero no se ha echado al monte del irracionalismo aunque lo parezca. ¿Recuerdan el viejo adagio? Si un diplomático dice "sí" quiere decir "tal vez"; si dice "tal vez", quiere decir "sí"; si dice "no", no es un diplomático. Si una dama dice "no" quiere decir "tal vez"; si dice "tal vez" quiere decir "sí"; si dice "sí" no es una dama. Es significativo, en lo que respecta a las mujeres, que Montero sólo les permita decir "sí". Parece que han legislado contra las damas del adagio.

Pero ése es otro tema. Aquí lo importante es señalar que con los progresistas pasa algo parecido: si dan marcha atrás, no son progresistas. Ellos como su ley: si dicen "sí" sólo es "sí", aunque la ley sea un desastre contraproducente en lo penal y en lo político. Este silogismo explica la resistencia de Montero a reformar una ley que tiene fallos técnicos que están favoreciendo a unos criminales que -a diferencia de a los malversadores- ellos no querían favorecer. Se afrenta a muchas víctimas.

Ni siquiera por éstas se baja del carro Irene Montero ni deja de reírse su jocunda secretaria de Estado, Ángela Rodríguez, Pam. Todo el daño de esta ley es poco si se compara con el que les haría reconocer que la ley del progreso inevitable es mentira. Cualquier fisura que muestre que una norma de progreso puede revertirse y, todavía peor, que necesita revertirse es un torpedo intelectual en la línea de flotación del tópico sobre el que flota la superioridad moral de la izquierda.

Si ni siquiera el PP de las mayorías absolutas del PP se atrevió a tocar ninguna ley ideológica, ¿va a ser la coalición de izquierdas la que niegue el dogma de la infalibilidad progre? Esto es lo que paraliza a Podemos. Probablemente no le quede más remedio por la chapuza técnica que han perpetrado, pero Irene Montero, que no ha sabido hacer una ley técnicamente pasable, se barrunta el alcance de que España vea que sí que podemos… cambiar lo mal hecho. Se abriría la caja de Pandora del sentido común.

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