Enhebrando

Manuel González Mairena

Inteligencia

Ha llovido mucho desde que Juan Ramón Jiménez exclamara aquello de “¡Intelijencia, dame / el nombre exacto de las cosas!” dentro de su libro Eternidades. La cuestión es que hoy en día la inteligencia ya puede responder al nobel moguereño, en concreto la IA o inteligencia artificial. No sé si se han acercado a alguna de estas herramientas que lo mismo te crea una obra pictórica que escribe un cuento, sin despeinarse, a la velocidad de unos cuantos parpadeos. Confieso que para quienes vivimos la infancia con películas de ciencia ficción y sabemos desde pequeños de los peligros de Skynet, andábamos a la espera, resulta que el futuro era éste.

En mi caso no he podido resistirme y me he puesto a charlar con la máquina, y me puse a preguntarle por Huelva, poniendo a prueba su algoritmo, viendo qué palabras tejía en la pantalla. Lo primero que puse fueron los versos de Juan Ramón, a lo que me respondió que estaba encantado de ayudarme pero si podía ser más específico, así que eso hice. Le pregunté por la opinión sobre lo peor de nuestra provincia, esperando a ver qué comentarios afloraban en las redes, y me sorprendió alegando que se enfocaba en proporcionar información precisa y neural, evitando generar contenido que fomentara la negatividad o el odio hacia un lugar o comunidad. Y una parte de mí se congratuló con esto. Me indicó que sí podía darme un listado de fortalezas y desafíos. Es decir, proactividad, no destrucción. ¡Vaya, resulta que la IA es más humana que los humanos!

Pasó a exponer la ubicación estratégica de la región, la historia y patrimonio de estos confines, destacó la belleza natural y la gastronomía. Como desafíos planteó el desempleo, con una tasa alta en comparación con otras regiones de España, las infraestructuras, tildándolas de insuficientes o con necesidad de una renovación, y el cambio climático, con especial vulnerabilidad a la sequía y al aumento del nivel del mar. Y me centré en la opinión de nuestra ciudad, a lo que me dijo que sus habitantes sienten que la ciudad no ha progresado tanto como debería, con la falta de oportunidades laborales, escasa inversión en infraestructuras públicas y la contaminación como motivos de preocupación. Y definió curiosamente el conjunto de pensamientos: amor y crítica. Una ciudadanía optimista y orgullosa a la espera de que se produzcan mejoras significativas. Que no lo digo yo, sino un oráculo digital, pero por llevar la contraria y sólo como apunte, más que esperar, quizás sea hora de ir a por ellas.

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