Inestabilidades

No todos los problemas que tenemos son debidos a la pandemia, sino a la mala gestión política

Las personas y las sociedades, en muchos aspectos, estamos obligados a estar dentro de intervalos si queremos que las cosas vayan bien o, al menos, que sean susceptibles de ser manejables. Valga un par de ejemplos de salud individual, ni demasiada glucosa en sangre ni ninguna o ni una presión arterial alta ni su ausencia -sin ella, sería imposible la vida-. Lo mismo sucede con los grupos, instituciones o empresas. Es evidente que es importante saber cuáles son los límites por encima y por abajo que no conviene que traspasemos. ¿Qué nos ocurre ahora en el ámbito político? Pues que los problemas han sobrepasado en demasía la frontera de lo máximo recomendable y eso se traduce en una permanente percepción de inestabilidad, que no ayuda, precisamente, a la reducción de los mismos al generarse desconfianza y cansancio. Y seamos claros, no todo es debido a la pandemia, que tiene lo suyo, sino de la gestión que se viene haciendo de las dificultades que surgen de las crisis sanitaria y económica. Puede admitirse que se haya dado el llamado efecto mariposa a partir de la fracasada moción de censura presentada por PSOE y Cs al gobierno autonómico de Murcia, al provocar tomas de decisiones como las de Díaz Ayuso o Pablo Iglesias, entre otras, pero también no queda más remedio que aceptar que dicho efecto fue posible por la cantidad de inestabilidades existentes, no siempre fruto de realidades objetivas, como la del Covid-19, sino debidas a veleidades, megalomanías, mala gestión, ansias de poder e intereses personales o partidistas. Para añadir algo más a esta amalgama se puede citar la crecida de la polarización, con sesgos del tipo de que si no estás conmigo estás contra mí o con la facilidad de poner etiquetas peyorativas, como es común en el líder podemita, quien suele llegar a conclusiones lógicas, pero sustentadas en premisas falsas, con lo cual son erróneas; lo peor de ello es que, en más de una ocasión, son peligrosas si se llevan a efecto. Al menos, según una encuesta reciente, parece que hay un espacio más estable, el de Andalucía, sin crisis gubernamental y sin las tensiones que lamentablemente nos vienen del gobierno de España y de otras comunidades. Lo trágico de todo lo manifestado al principio es que de telón de fondo lo que aparece son más contagios, muertes, enfermedades, pobreza, desempleo, frustraciones, depresiones, etc. En definitiva, penalidades. ¿Vendrán pronto tiempos mejores? Por desgracia no, si las cosas se siguen haciendo como hasta ahora.

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