La perspectiva de los días nos desvela una mayor diafanidad sobre la realidad actual que no es precisamente halagüeña sino todo lo contrario. Foro como el de la Toja, celebrado la semana pasado a la luz de la reflexión, nos permite contemplar la evidencia de cuarenta años de una política democrática estable y eficiente, resultado de un excepcional espíritu de transición, y una realidad que nos asoma a un abismo insondable y confuso. Así se deducía del encuentro de dos ex presidentes del gobierno, Felipe González y Mariano Rajoy, que con su experiencia y competencia bien probadas, se permitieron emprender un análisis profundo de la actualidad política y en cuya visión no faltó, y esa es una actitud admirable, su peculiar talante ingenioso y perspicaz.

Tanto en sus exposiciones como en las entrevistas posteriores, y salvo muy escasas diferencias, había entre González y Rajoy una identidad de criterios, una total libertad de opinión sin compromisos, la necesidad de acuerdos de Estado, la renovación de los órganos constitucionales y que tanto esto como el diálogo con Cataluña se haga desde el respeto a la Constitución "y nunca fuera de este perímetro". En suma un clima de cordura, de coherente madurez y de moderación en la visión de lo que conviene a España.

Pero uno se asoma al exterior y la visión es un abismo imprevisible. Como el volcán de la isla de La Palma, que no nos permite averiguar su comportamiento al día siguiente a pesar de la legión de vulcanólogos, sismólogos, geólogos y otros expertos que tanto abundan estos días en los informativos televisivos. Un panorama incierto, inquietante que espolea nuestra desconfianza, aguijoneado por circunstancias realmente preocupantes y alarmantes titulares especialmente en el plano económico que es el que más sobresalta al ciudadano: "El gas da la puntilla a un Gobierno perdido en el laberinto energético… "Los españoles pierden poder adquisitivo con Sánchez: los precios suben tres veces más que los salarios…". "La deuda de España se ha situado en el 122,8% del PIB (1.424.692 millones de euros, nuevo record histórico) tres puntos más por encima del objetivo fijado por el gobierno para el conjunto del año…". "Los inversores no vienen a España…". Podríamos seguir como siguen abiertas las puertas giratorias por las que muchos que las han criticado las cruzan a codazos.

Y Puigdemont sigue libre. ¿De qué sirve una justicias europea, una euroorden, si un cobarde fugitivo nacionalista puede moverse libremente, ridiculizar a España y en uso de su habitual lenguaje bífido y corrosivo acusar al gobierno de "utilizar el poder judicial para lograr objetivos políticos" . Otro caso imprevisible, por el momento. Apoteosis en la convención del PP pero ¡qué pobre réplica de Montesinos a las flagrantes falsedades de la portavoz socialista Adriana Lastra! ¿Creen los que tanto han injuriado a Mario Vargas Llosa que votaron bien quienes eligieron a Adolf Hitler en las elecciones alemanas de 1933?

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