La ILP

Los lazos amarillos me recuerdan al III Reich. Las estrellas que ponían a los judíos eran amarillas

Siempre que veo una cola de gente en medio de la calle me paro. La madre curiosidad me puede y pregunto qué dan allí. Pues, mire, aquí no dan nada, estamos esperando para firmar. Levanto la cabeza y leo un cartel: "Para que en España se pueda estudiar en español". Es una Iniciativa Legislativa Popular, ILP, para que nuestros paniaguados diputados se decidan a votar que el sol sale de día y la luna de noche. ¿A qué grado de abyección política, a qué miseria humana y social hemos llegado para que miles de españoles pidan a voz en grito que se pueda estudiar en español en España? Este hecho es un termómetro de la hediondez y la podredumbre a la que hemos llegado. Naturalmente es algo imposible de explicar. Este verano por tierras de Baviera y Bohemia, me lo preguntaban mis melómanos amigos en los intermedios de los conciertos a los que acudíamos. Y es que esto ya es difícil de explicarlo en español, si lo tienes que hacer en inglés ni te digo. ¿Cómo se cuenta que en España hay diecisiete virreinatos, cada uno con su virrey o virreina, con su parlamento de la señorita pepis y con su sistema educativo que llegan a sumar la escalofriante cifra de casi once mil libros de texto? Esa es la foto instantánea más expresiva y más explosiva de lo que hoy es esta pobre patria infeliz martirizada por un hatajo de miserables políticas de deseducación. Once mil libros de texto. ¿Qué puede salir de ahí? Estas cosas ni las cuento en mis viajes. Ni me da la gana ni hay forma humana de que te entiendan. Qué menos que echar una firma en esta ILP. Por supuesto sin la menor esperanza de que nuestra suicida clase política enmiende una coma del malhadado título VIII de la Constitución, llamado de las Autonomías. A ver si el Cielo se apiada de esta otrora orgullosa nación y encuentra un medio de acabar con tanto bochorno y tanto disparate.

Hoy se celebra una de las diecisiete fiestecitas regionales que tienen cada año lugar en España. En este caso en Cataluña. Allí se han pasado todas las líneas rojas habidas y por haber mientras ves a los miembros del Gobierno de España reunirse con partidos neonazis saludándose y partiéndose de risa unos y otros, cuando deberían estar unos ilegalizando y otros siendo ilegalizados. Es de cajón. Un partido que pretende el derrumbe del orden constitucional no puede tener cabida en la Constitución. Por cierto, a mí esto de los lazos amarillos me recuerda al III Reich. Las estrellas que ponían a los judíos también eran amarillas. Color excluyente entonces, color excluyente ahora. Coincidencias.

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