Tengo un amigo/primo en Cádiz que me riñe porque siempre escribo de cosas tristes y mantiene que hay que hablar de lo bueno que tiene la vida y hacen las personas. En estos días de reflexión navideña la verdad es que uno tiene que darle la razón a quien esto afirma y admitir que la vorágine diaria, el hastío y la velocidad a la que se suceden los acontecimientos hacen que en numerosas ocasiones caigamos en análisis un tanto apocalípticos de lo que nos circunda. Puede que hasta nos pasemos de frenada, pero la verdad es que visto lo visto y oteado el horizonte de lo que hay que ver cuesta bastante no coger carrerilla. Sin embargo, como éste es el último artículo del año intentaremos mirar al futuro con optimismo y dejaremos para otro día las medianías.

Porque cierto es que en la línea del horizonte de esta Huelva de 2019 hay más de dos motivos para ser medianamente optimista. Tenemos, por ejemplo, un Puerto que va como un cañón, que crece sin freno y que mantiene una tendencia que puede convertirlo en el cuarto de España. Eso significa empleo, riqueza, desarrollo, mano de obra cualificada, apertura al exterior y alternativas de futuro nuevas para las generaciones que se están formando. Además, el proyecto que recupera la ría le da una imagen remozada a la ciudad y la hace atractiva para quitarse los complejos novecentistas y abrir la capital al turismo.

El campo onubense es otro motivo para ver un 2019 feliz. Los frutos rojos conquistas mercados a marchas forzadas, miran a China e India en su expansión, apuestan por la innovación y la investigación para ofrecer variedades mejores y con mayor recorrido temporal y profesionalizan su gestión para convertir lo que antaño fueron explotaciones familiares en cooperativas y empresas que llevan el nombre de la provincia por todo el mundo y en todos los idiomas posibles. Cierto es que queda pendiente la apuesta por la cuarta y quinta gama, pero iniciativas como la que acoge el centro de la Cámara de Comercio en el parque Huelva Empresarial se vislumbran como la vía para abrir los ojos a esa ampliación del negocio.

Crece el negocio también en Jabugo, referente consolidado en todo el mundo al que China acaba de abrir sus puertas (esperemos que nos quede algún jamón por aquí). Es un magnífico espejo éste en el que pueden mirarse las bodegas del Condado y Doñana para ofertar al exterior una producción cada vez de más calidad y más preocupada por una imagen de marca poco trabajada hasta el momento.

Huelva lidera las exportaciones andaluzas, crecen sus ventas más de un 25% y consolida sectores clásicos como el industrial y el minero en el que somos punteros y debemos seguir siéndolo. Son motivos también de orgullo que no debemos dilapidar por intereses de partido ni de voto. Viene un 2019 electoral y conviene tener presente antes de afrontarlo que esta provincia vale su peso en oro, como demuestran los miles de turistas que vienen a vernos y califican a nuestro sector hotelero y hostelero con las mejores notas. Todo esto y más es Huelva. Digámoslo y sintámoslo con orgullo. Que ya vendrá algún agorero a cortarnos el punto.

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