Historias de la ONU y la niña de Mariano

Durante cuatro años de su vida, Karla fue violada treinta veces al día, siete días a la semana

Mi fusil contra la Trata es este lapicero digital. De su punta va a salir la sangre de una víctima de la trata de personas en países en conflicto que ha tenido la valentía de contarlo. Ésta es la historia de Karla Jacinto corroborada por United Against Human Trafficking, la Fundación Camino a Casa y hecha pública en la CNN.

Karla vivía en una familia desestructurada de Tenancingo, un pueblo de México conocido como La Cueva del Diablo, cuya industria es la comercialización de menores de edad. Un día, cuando tenía 12 años, un señor la sedujo con tono muy amable, prometiéndole que su vida cambiaría radicalmente ya que la entendía puesto que él también había sufrido violaciones, como ella desde los 5 años, en su propio hogar. Karla se subió al coche con él y comenzó a vivir el sueño del amor: buenas palabras, todas las atenciones que nunca había recibido, ropa y zapatos nuevos. Tres meses después, el hombre de sus sueños le dijo que era proxeneta y que debía trabajar en prostíbulos, hoteles de carretera, calles de prostitutas y casas privadas. Le explicó las posturas que tenía que mantener durante los encuentros con los hombres a los que tenía que seducir con frases aprendidas para que le dieran más dinero. Karla, después de 30 violaciones diarias, durante siete días a la semana, cerraba los ojos para no sentir nada. Se quedó embarazada a los 15 y recibió una paliza de su proxeneta, que la reventó a golpes por haberse dejado hacer un chupetón. La Policía entró en el burdel donde trabajaba. Les grabaron en vídeos obscenos bajo la amenaza de contárselo a sus familiares. Rosi Orozco, de Unidos vs. Trata, asegura que las autoridades violan a más de dos millones y medio de niñas cada año. Karla no fue liberada por la Policía, sino por un hombre que pagó para ello. Karla tiene ahora 24 años y lucha contra la trata de niñas, pero con una vida destrozada y resumida a esta matemática: durante cuatro años fue violada siete días a la semana, 30 veces cada día por treinta bestias. Esta semana, el presidente Mariano Rajoy ha estado en El Consejo de Seguridad de la ONU en el "PRIMER" debate sobre el tráfico de personas en lugares en conflictos. Yo, hubiera querido darles el testimonio de una superviviente, en España, pero el miedo, la vergüenza, la violencia y la corrupción lo dificultan mucho. Esperemos que ésta niña, sea la de Mariano Rajoy y salvemos a millones de niñas que ahora mismo están siendo violadas.

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