Era un secreto a voces, pero Susana Díaz gusta de hacerse rogar. La presidenta andaluza al fin ha convocado elecciones para el próximo 2 de diciembre y ha abierto la espita de un año en el que vamos a vivir rodeados de carteles, promesas y palabras gruesas. Autonómicas, municipales, Europeas y, más que probablemente, generales amenazan con hacernos pasar un largo, larguísimo, año entre urnas y papeletas. Armémonos de paciencia.

Las encuestas dicen que para las andaluzas de diciembre el pescado está vendido por arriba y por abajo, mientras que por el medio andan las aguas más moviditas. Al PSOE es muy difícil que se le escape la victoria, casi más por demérito ajeno que por mérito propio. Adelante Andalucía, el híbrido surgido de la fusión de Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, asoma a la cuarta plaza con más esperanzas que realidades y unas expectativas que ahora mismo no varían mucho de lo que suman los dos por separado. En el medio están PP y Ciudadanos. Los primeros navegan en una depresión importante y con ciertos problemas de liderazgo. Los segundos cuentan con una marca de relumbrón para un candidato más bien ramplón. En Huelva va a haber partido. Del panorama actual del PSOE con 6 parlamentarios, el PP con 3, Cs con 1 y Podemos con otro la cosa apunta cambios. El PSOE volverá a ganar y Mario Jiménez, María Márquez, José Fiscal y Manuela Serrano están en las Cinco Llagas. Para el quinto puesto habrá lucha, ya que es el último asegurado. Habrá que ver si Jesús Ferrera se mantiene o hay alguna sorpresa. Se espera ver mucho a Susana por aquí porque quiere dar guerra.

Guerra hay, y mucha, en el PP. El lío con las listas puede ser monumental tanto si Pablo Casado al fin hace gestos a los que le hicieron líder nacional como si no los hace. Loles López apunta a liderar la plancha como secretaria general andaluza que es y lo lógico sería que después fuera un Manuel Andrés González al que hay más de 100 esperando en la puerta. El tres podría ser para un crítico de los de Guillermo García Longoria, aunque eso está por ver, que hay quien barrunta que ese también peligra. De ahí hacia abajo ya pueden poner los populares a Santa Teresa de Jesús que ni con milagro se rascan cuatro. En la gaviota estas listas van a aclarar mucho el panorama municipal. Si hay revolución, o al menos gestito, se podrá esperar de todo en el equipo que camine hacia mayo. Lo único cierto es que las compañías de teléfono se están haciendo de oro estos días.

Cs y Adelante Andalucía tienen ya sus deberes hechos. Los naranjas han movido a Julio Díaz de la cabecera de cartel y han colocado a una desconocida Rocío Ruiz (palito). Optimistas, aspiran a dos escaños. En el lado izquierdo, María Gracia González y Rafael Sánchez Rufo aspiran a dar la sorpresa alejados del ruido y la furia en la que coexistieron ambos partidos en el pasado.

En palabras de un acreditado demoscópico, la cosa andaluza va de una líder lastrada por las siglas del partido, un partido con grandes siglas lastrado por su candidato y un partido en el que están mal siglas y candidato. Hagan juego, señores.

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