Solo cabe felicitar a quienes han pergeñado la brillante idea de unir las dos grandes pasiones de cuantas se veneran en esta tierra. Las dos advocaciones marianas más importantes de Huelva unidas bajo un mismo manto protector, bajo el signo de la concordia y la fraternidad, por lo siglos de los siglos. La Virgen de la Cinta y la Virgen del Rocío lo son todo para el onubense. Se trata de dos devociones que se sienten y se viven de manera distinta pero ambas igual de verdaderas. Atrás quedan los años en los que se pensaba que Huelva y Almonte estaban separadas por algo más que la distancia geográfica. Que nunca se rompa esa umbilicalidad.

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