Cuchillo sin filo

Francisco Correal

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Goya casero

Fibes parecía el Museo del Prado. De la Torre ganó un Goya con aromas a Picasso en la patria de Velázquez

Ganó un Goya con aromas de Picasso en la patria de Velázquez. La nueva Fibes, la que proyectó Guillermo Vázquez Consuegra y noveló Julio Muñoz Gijón en El prisionero de Sevilla Este, continuación de El asesino de la regañá y El crimen del palodú, parecía el Museo del Prado. Antonio de la Torre se sacó la espina doce años después. Como viene del periodismo deportivo, son los mismos años que habían pasado entre la novena Copa de Europa del Madrid y la décima, del gol asintótico de Zidane en Glasgow en 2002 al cabezazo postrero de Sergio Ramos en Lisboa. Los años que separan el Nobel de Literatura de Saramago de 1998 del de Vargas Llosa en 2010, que significó el regreso a la Península del galardón ya que el escritor peruano es académico de la Lengua, se forjó novelista en Barcelona y defiende la españolidad frente a la locura identitaria.

Doce años, Antonio. Lo recuerdo perfectamente. El goya lo vimos en vivo y en directo en su casa del barrio de la Macarena el 10 de febrero de 2007. Ese día por la mañana bautizamos a mi hijo Paco en la iglesia de Ómnium Sanctórum. Cumplía cuatro meses. Tiene doce años y ya conoce y reconoce a Antonio de la Torre. También a otros de los actores y directores que estaban en la galería de fotos de la Avenida de la Constitución de Sevilla, aunque confundiera a Almodóvar con Tarantino.

Aquella noche de hace doce años, Antonio nos invitó a varios amigos a ver en su casa un Betis-Sevilla de Liga que acabó sin goles, imbatidos los porteros Toni Doblas y Andrés Palop. Fui con mi hermano Quique, que de regalo de cumpleaños iba a conocer a un actor ganador de un Goya. Era el cuarto derbi que disputaron ese mes. Dos de Copa del Rey; el de vuelta en Heliópolis se suspendió por el botellazo de un vándalo a Juande Ramos en el banquillo sevillista. Los minutos restantes se jugaron en Getafe. El año que Antonio ganó su primer Goya el Sevilla ganó la Copa del Rey en el centenario del Betis; el equipo verdiblanco lo tuvo Azuloscurocasinegro, como la cinta premiada.

Han llovido unas cuantas películas para Antonio de la Torre desde entonces. La noche del sábado le dio la vuelta a la lectura evangélica del domingo y fue profeta en su tierra. Con otro malagueño en el público, Juanma Moreno, primer presidente de la Junta no socialista en 33 ediciones de los Goya. Desde que premiaron El viaje a ninguna parte de Fernando Fernán-Gómez.

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