El de ayer fue un día extraño. Un oasis en el vértigo de las agendas. Un paréntesis en los reclamos del consumo. Un día raro, como lo son los días sin periódico (de papel) para los románticos de la letra impresa. Será la Navidad, pero en la ciudad sin tiempo la gente caminaba sin prisas, sin gritos, sin esas carcajadas estentóreas de los bares de deshora, sin el ridículo exhibicionismo de las despedidas de soltería, profecías de divorcio. Caminaban lugareños y forasteros, reencuentros de los abuelos con sus nietos.

El centro de la ciudad se va plegando a las exigencias de las nuevas tendencias, a esa doble inercia de la hamburguesa y el yogur, la gula y la filigrana. Junto a ellos, la cafetería La Campana, que se fundó en 1885, y el prodigio de la papelería Ferrer, que cumple el año que concluye 160 años de historia. El de su fundación aparece en la entrada. 1856. No habían llegado la Gloriosa, la primera República ni se habían perdido las colonias. Estaba por llegar el batacazo del 98 y no habían nacido los poetas del 27. Cuando nace la papelería, Gustavo Adolfo Bécquer tiene 20 años y ya se ha ido a Madrid, pero alguna vez habrá entrado a por recado de escribir. Estrella Ferrer, una de las actuales propietarias, se va a estrenar como abuela en el 17. Por fecha de nacimiento, la papelería Ferrer, hija de la Ilustración, nieta del Renacimiento, es equidistante entre la Revolución Francesa y la Rusa. Miniaturismo de los lápices, los mapas y los cuadrantes.

"No se deben vivir tantos años. Te lo digo por experiencia". En plena Nochebuena, Natividad García, que es la que así me habla por teléfono cuando la llamo para felicitarla, ha cumplido 102 años. Tiene la cabeza perfecta, unos hijos maravillosos, Carmen enviada especial donde la estrella ilumina a los Magos, unos nietos que la adoran. Lee el periódico todos los días y hace unas excelsas tortillas de patatas. Ha sobrevivido a dos guerras mundiales y la guerra de guerrillas actual la trae al pairo.

La papelería Ferrer estaba cerrada. Tengo que renovar mi agenda a semana vista. Gran invento el de los siete días. Nati camina imperiosa hacia su 103 cumpleaños. Se confiesa todos los días con Maese Farfán y le da gracias a Dios por su familia y por haberle permitido conocer algunas cosas que se perdieron sus coetáneos. Todos los días acierta la quiniela. Es una del 14.