Ha llegado el momento sublime. Si es posible aparta de mí este cáliz. El alma está atribulada. El tiempo se ha detenido. Todo ha parado de contar en horas. Es Jueves Santo y Jesús suda gotas de sangre, caído, atribulado, sobre la tierra y entre los olivos de Getsemaní.

Yo estuve allí, Señor. Mis lágrimas regaron un huerto que desde niño había soñado. Todo me parecía mas real. Sentía los latidos de mi corazón desbocado en el dolor.

Llorando por las penas no sufridas, con sangre de sudor estremecido, quiero ser de tu olivo ya perdido, el fruto que espera nueva vida. Estás, Señor, de rostro yerto, en oración que clama penitencia, oración que pide al Padre su clemencia para pasar del cáliz en el Huerto.

Todo es sueño, Señor, en mi camino. Todo un buscar la verdad de mi destino, que mana sangre por senda dolorida.

Todo un mirar de mis ojos hacia el cielo, buscando de tus ojos el consuelo para unir, por siempre, mi vida con Tu Vida.

Cada Jueves Santo, Señor, me arrodillo en la tierra santa de mi Hermandad de Penitencia y bajo la sombra eterna de la Veracruz, veo pasar mi vida cofrade al calor de los cirios familiares, en el amor de mis padres inculcado en sagrados titulares que hoy son renovación de mis principios de fe.Voy en tus filas nazarenas, por las calles de un cielo de Huelva, rezando y poniendo mi esperanza de eternidad junto a Ti.

Y mi Padre Nuestro es mío y quiere llegar hasta tu rostro de éxtasis divino:

Padre nuestro y Señor de los Olivos, que estás rezando en el Huerto, cuando la tarde se ha muerto y a solas quedo contigo.

Padre que en el cielo estás, esperando mi llegada, por años de larga ausencia, sólo pido a tu clemencia el Amor de tu mirada.

Y en frutos de eterno Huerto, dame, Señor Tu Oración durante toda mi vida, para hacerla más sentida hasta que me quieras yerto.

Mi Señor de la Oración que te presentas cada año a Huelva con el Ángel Confortador que yo vi un día tallar junto a la mirada de mi padre.

Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto, no nos abandone y que el nombre de tu Madre, María Santísima de los Dolores Coronada sea nuestro refugio en ese deseado y luminoso Getsemaní de tu Gloria.

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