Fotografías de otros mundos

Son fotografías que pertenecen a otros mundos, fotos que sirven para la reflexión y la polémica

En la sede Santa María de la Rábida de la UNIA han tenido el acierto de programar un curso de verano sobre un tema de tanto interés como Los procesos migratorios actuales, título que se completa con Una narrativa visual. El enfoque visual se justifica con una exposición de las fotografías premiadas en el certamen de Médicos del Mundo que lleva el nombre de Luis Valtueña, un cooperante que fue asesinado con otros tres compañeros en Bosnia Herzegovina (1995) y Ruanda (1997). Me llevé una grata sorpresa al reencontrarme con una exposición que ya había visto a principios de 2020 en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. Todas las fotografías son impactantes, pero mi atención se concentró en dos de ellas. Podrán verse aún esta semana en La Rábida.

La primera pertenece a la serie El último viajede Zohra Sarrouj, del español Javier Fergo. Zhora es una joven marroquí que, con 27 años, emprendió la arriesgada travesía que la había de llevar a las costas españolas, al alcance de su vista en días claros y tan lejanas por las barreras que imponen las leyes de los hombres. Para nosotros su historia termina como un cadáver anónimo entre otros con un diagnóstico: hipotermia. Pero hay una instantánea posterior que conviene conocer, la de la familia que la recibe del modo que nunca hubieran deseado, reposando para siempre en un sencillo ataúd. Queda a la imaginación saber qué puede decirse a la niña de seis años que aún espera a su madre en la aldea, custodiada por los abuelos.

La segunda es del iraní Mohsen Kaboli, que ganó el certamen en la edición de 2019, y no es tan dramática. Retrata a una mujer en avanzado estado de gestación, con una expresión en el rostro difícil de definir: ¿melancolía, resignación, frustración? Zahra es una madre de alquiler que desarrolla en su vientre el embrión de una pareja afectada por un problema de infertilidad. Necesita el dinero que recibe a cambio porque tiene tres hijos y su marido está en la cárcel. Sus sentimientos son con seguridad muy diferentes a los de Robert y Arpineh, los padres "primarios", que esperan con ilusión el nacimiento de su hijo, mientras su familia y entorno observan en ella el engrosamiento propio del embarazo… a causa de un abdomen artificial. En España este tipo de transacción no es legal, aunque no faltan sus defensores. Son fotografías de otros mundos, fotos para la reflexión y la polémica.

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