Antonio / Frochoso / Gil

Fe, créete grande

Hay hechos en la vida que van marcando el devenir futuro de uno. Y eso es lo que le está pasando a la Hermandad de la Fe. Una hermandad, que están dando muestras que se está convirtiendo en una grande. Están siendo capaces de hacer que el barrio de Viaplana esté apostando por la hermandad y ello gracias, entre otras cosas, por su tesón de integrar al barrio en la cofradía y la cofradía en el barrio y como muestra, dos: el multitudinario vía crucis que realizan todos los años por cuaresma donde toda Viaplana arropa y acompaña al Señor de la Fe y que este año lo han demostrado a toda Huelva con motivo de haber sido además el del Consejo o está cómo el año pasado el barrio arropó a la hermandad de regreso al templo tras la enésima agua caída encima.

Barrio que no la dejó un momento, con aliento continuo y éxtasis pleno por Viaplana. Y eso dice mucho de la hermandad y del barrio. Pero el barrio se tiene que dar cuenta que cofradía es un día, pero hermandad es todo el año. Está la Fe en perfecta armonía con los párrocos, haciendo una buena labor de hermandad y con una junta de gobierno sabiendo perfectamente hasta donde gastar sin arruinar a la hermandad.

Sin menospreciar a las del día, están dando una importancia cofrade al Viernes Santo inimaginable hace algunos años.

Tienen un cuerpo de nazarenos que para sí otras de mucho postín quisieran para ellas, a pesar del largo recorrido y del día que es. Están aportando a la Semana Santa de Huelva unos pasos que ni a imaginar pensaban que iban a tener cuando se fundaron hace ahora 20 años. ¡Felicidades por cierto! Y si a esto le añadimos hechos, como el que vamos a reseñar, pues la hermandad de la Fe, no es que se esté convirtiendo en una gran hermandad, sino que ya lo es. Que se lo crean y que se alegren por ello.

Decía antes, como un hecho puede hacer cambiar muchas cosas. Y es que decir Viernes Santo y agua, se está convirtiendo en los últimos años en una chocante casualidad.

Bueno, pues después de decidir salir el año pasado, no sin todas las dudas del mundo, el agua hizo acto de presencia. Se resguardaron en la Concepción y cuando decidieron salir para regresar al templo, lo hicieron como había que hacerlo, sabiendo saber estar en cada momento, como cuando llevaron al cortejo de nazarenos a los soportales de la Gran Vía o de nuevo a la Concepción.

Dieron una lección a muchos de cómo hay que saber regresar al templo cuando hay una adversidad y allí no se descompuso ni las gotas de agua que llevaban encima. Y claro, cosas como esas te van dando muestras de que no hace falta siglos de fundación; sino simplemente, aunque sea con sencillez y humildad de cofradía de barrio, saber que significa eso de qué va esto.

Creeros grandes, hermandad de la Fe. Porque esto ya no es un proyecto, es una venturosa realidad.

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