LA excarcelación de Santi Potros supone un buen ejemplo del inmenso poder de los jueces y de su correlativa y agravada responsabilidad. La resolución que admite descontar el tiempo que Potros pasó en cárceles francesas -y propiciar con ello su salida de las españolas- se basa en una "decisión marco" del Consejo de la UE de julio de 2008. Estas "decisiones" no tienen rango de ley, pero han de incorporarse por los países miembros a sus ordenamientos. En concreto, la que nos interesa debió trasponerse al nuestro antes del 15 de agosto de 2010. No se hizo y justamente por eso, el 13 de marzo de este año, el Tribunal Supremo atendió el recurso del etarra Urrusolo. Sonaron entonces las alarmas y precisamente al día siguiente, el 14 de marzo, el Ejecutivo presentó en el Congreso un proyecto de Ley Orgánica para regular la acumulación de condenas. En el texto hoy al fin vigente se incluye una disposición adicional que impide descontar el tiempo de prisión cumplido en el extranjero por sentencias anteriores al 15 de agosto de 2010 (sí, la fecha en la que se consumó la dejadez).

La Ley Orgánica se publicó en el BOE el pasado 13 de noviembre, pero, a diferencia de todas las otras similares de 2014, no entraba en vigor al día siguiente, sino a los 20 días, el 3 de diciembre. El día antes, el 2, la Sección 1ª de la AN excarceló, entre otros, a Santi Potros y la Sección 2ª, en cambio, denegó la de Iñaki Bilbao.

Por supuesto que hubo desidia de nuestras autoridades. Pero ello no ofrece una explicación razonable a las extrañas prisas de algunos. ¿Se trata de castigar la indolencia gubernamental? ¿Hay, como afirma UPyD, un pacto entre Gobierno y ETA? ¿Pretenden estos jueces terciar en el juego político? ¿Por qué una decisión marco, que no es una directiva, se aplica tan estrictamente de forma directa? ¿Es de recibo la lamentable secuencia de hechos que les acabo de relatar?

La Fiscalía anuncia recurso. Dignidad y Justicia ultima una querella criminal contra los tres magistrados intervinientes. El Tribunal Supremo espera unificar criterios el próximo 16 de diciembre. Santi Potros, con sus 37 asesinatos a la espalda y el regalo de los 10 años que le acaban de conceder, ya pasea, reconfortado, por las orillas del Oria, en su Lasarte natal. Una hazaña del Estado de Derecho, de la escrupulosidad indomable de la judicatura, de la diligencia de los gobernantes y de la puñetera madre que a todos los parió.