Visiones desde el Sur

Exigencia II

La primera ola nos cogió sin recursos sanitarios humanos y materiales. La de ahora, también

Se han empeñado en enmarañarlo todo. Es cierto que unos más que otros. En que no nos enteremos de lo que está ocurriendo. En que sepamos lo mínimo de lo que acontece en España y en el mundo. En que estemos al corriente lo menos posible de todo aquello que es de nuestro interés. En que sigamos viviendo el paso de los días como si nada ocurriera, como si las ausencias de los que se fueron pudieran sustraerse así como así de la conciencia de sus familiares, allegados y conocidos.

Como si los ataúdes de los muertos, puestos en hilera, uno tras de otro -solo en España- no hicieran una línea recta de aproximadamente ciento veinte kilómetros. Pónganles dos metros veinte a cada féretro y hagan los números. Un negro reguero de muertos, muchos de ellos sin nombre, cuyo espíritu ha salido por las chimeneas de los crematorios, inundando el aire de dolor y de desazón por no haberse podido despedir de sus deudos.

Y lo más lamentable es que la derecha española (especialmente el PP y VOX) sigue enrocada en sus posicionamientos, en poner zancadillas al gobierno de España en estos terribles momentos. A pesar de la que tenemos encima -y desde luego el Covid-19 no se lo ha inventado el gobierno- la oposición en el parlamento español, la derecha española, no está dispuesta a ayudar un ápice; no desea arrimar el hombro; o sea, sentarse en una habitación con el gobierno -como hemos visto en los países de nuestro entorno europeo- y no salir de ella hasta que no encuentren las medidas adecuadas para resolver, con el menor coste de vidas, esta sangría imparable que anuncia un lúgubre desierto en los venideros años. No. Todo lo contrario.

Se han empeñado en sustituir la verdad por triquiñuelas, que, a ser posible, le lleven al gobierno cuanto antes, sustituyendo al otro. Algunos incluso anteponen la nostalgia, el ardor de un para ellos tiempo glorioso, de tintes fascistas, por sobre la dura realidad que nos condena. Como si el pasado pudiera regresar, partida de mentecatos.

Y en cuanto al Gobierno, no asumir los errores es de necios y nos condena a repetirlos. La primera ola, hace siete meses, nos cogió sin recursos sanitarios humanos y materiales suficientes. La de ahora, también. Seguimos sin los médicos y enfermeros necesarios para lo que se nos viene encima, y lo saben. Así que pónganse las pilas cuanto antes. Unos y otros. Y no es un ruego, es un requerimiento, una exigencia que les hace un ciudadano español: un contribuyente.

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