Excelentísimos cadáveres' (1975) es el título de la película dirigida por Francesco Rossi, uno de los mejores realizadores italianos de la cinematografía social y política comprometida con los problemas de su tiempo, basada en la novela de Leonardo Sciascia, Il Contesto (1971), incluida entre los "100 film italiani da salvare", lista elaborada en el Festival de Venecia que reunía "las cien películas que han cambiado la memoria colectiva del país entre 1942 y 1978". Especialmente el título me recuerda toda esa ingente información que ha desbordado el ámbito de las noticias, singularmente en la televisión, tras la muerte de la reina Isabel II de Inglaterra. Lógica profusión de informaciones y declaraciones de personalidad tan importante de nuestro tiempo y de la propia Historia de los últimos setenta años. Ocasión para que abunden, como han proliferado, las bífidas y envenenadas opiniones de los enemigos de la monarquía que han brotado estos días como las malas hierbas y han resucitado antiguos y exquisitos cadáveres y otras miserias, más producto de sus viperinas lenguas que de ciertas evidencias. Y con más ensañamiento por su antimonarquismo que por las presuntas inconveniencias de tan secular institución que actualmente preside los países más democráticos de Europa.

Nadie puede negar que la nación británica y su peculiar fisonomía social y política puede tener muchos enemigos y la anglofobia puede ser un reducto de ese sentimiento contrario a los grandes imperios o grandes potencias del orbe, pero asombra y llena de estupor el alud de opiniones que como consecuencia de la muerte de la soberana británica, se han multiplicado estos días a través de una auténtica legión de detractores del sistema monárquico poco menos que certificando que el fallecimiento de Isabel II es el acta de defunción de la monarquía en el Reino Unido, que la institución resulta outsider, que Carlos III, legítimo heredero, no tiene carisma, que no está a la altura y otros ocurrencias que suelen esgrimirse por los habituales "expertos en casas reales" y otros gurús que, como suele ocurrir con tertulianos de izquierdas, se creen en posesión de la verdad y capaces de adelantarnos el futuro y supuestas actuaciones contra la monarquía..

En otro orden, the last but not least, otro de los cadáveres exquisitos que ha vuelto estos días, es el de Montesquieu, a quien los socialistas enterraron en 1985 cuando el partido socialista aprovechó la mayoría parlamentaria para reformar la Ley del Poder Judicial. Ahora no es que lo resuciten, quieren hundirlo en la tierra cuando pretenden apoderarse de todo el poder y fulminar la separación de poderes y la independencia judicial imprescindibles en un Estado de Derecho. En este difícil trance para la renovación del Consejo General del Poder Judicial, me parece muy acertada la opinión del vocal José María Macías: "El gobierno tiene una concepción no democrática y cesarista del ejercicio del poder".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios