tiempo de academia

MANUEL ENRIQUE FIGUEROA CLEMENTE

Profesor de la U. de Sevilla. Académico de número de la Academia Iberoamericana de La Rábida

Estrategia de la UE sobre Biodiversidad

La vida es el gran regalo de este planeta. No hay ninguna evidencia, científicamente sólida, sobre la posibilidad de vida en otros enclaves de nuestra galaxia y menos aún en el cosmos en expansión. Nuestro sistema solar, asiento de la vida que conocemos en la Tierra, es una de los doscientos mil millones de estrellas, con posibles planetas asociados, que hay solo en la Vía Láctea. La vida en nuestro planeta tuvo su origen hace 4.000 millones de años, y dicho origen sigue siendo un misterio, con hipótesis alternativas. La evolución de la misma, posterior a su inicio en el planeta, tiene una base sólida con evidentes puntos no conocidos suficientemente. Para los creyentes, tanto el origen de la vida como la evolución de la misma emanan de un acto creador, generando lo que se denomina de forma genérica la Creación.

La evolución de la vida, a lo largo de un extenso proceso, con muchas contingencias y sucesos catastróficos, como las extinciones, ha dado lugar a un elevado número de especies, incluida el ser humano, que de forma conjunta denominamos como Biodiversidad. En el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, al menos tres, el 13, 14 y 15, velan por la Biodiversidad del planeta. No sabemos cuántas especies hay en el planeta, actualmente hay tres millones que están descritas, pero su número real sigue siendo un misterio. Es triste pensar que muchas especies se extinguirán por causa humana, sin que sepamos de su existencia. Lo que sí está claro es que el planeta está soportado por la vida. Son temas que merecen ser tratados por la Academia Iberoamericana de La Rábida en este tiempo que compartimos con todos. La Biodiversidad es la variedad de la vida en la Tierra, sus genes, especies, poblaciones y comunidades en el conjunto de sus ecosistemas. El funcionamiento de un ecosistema es dependiente de forma crítica de la biodiversidad de sus especies constituyentes y sus poblaciones, así como sus interrelaciones, muy especialmente las de tipos mutualista, y es este funcionamiento el que determina la capacidad de los ecosistemas para suministrar bienes y servicios, esenciales para las propias especies, incluido el ser humano.

El conjunto de nuestra especie, organizado en múltiples formas sociales, depende de la vida. Somos Biosfera y muchas veces se nos olvida. En realidad, la Biodiversidad es el contenido genético total que contiene un grupo biológico, una comunidad o la Biosfera. En definitiva, es la riqueza encerrada en el diccionario de la Naturaleza, la variabilidad total de la vida en el Planeta Tierra. Las razones para conservar la Biodiversidad son varias: razones éticas (valor intrínseco de las especies), razones utilitarias (servicios ecosistémicos) y razones científicas. Las causas de disminución de especies en el planeta son muy dependientes de forma continua de la actividad humana: alteración física de los hábitats, fragmentación, simplificación, conversión, contaminación, incorporación forzada de especies exóticas invasoras.

La Unión Europea ha elaborado la Estrategia sobre la Biodiversidad para 2030, un plan para proteger biodiversidad que no solo incluyen las razones éticas para dicha acción, sino también la importancia que puede tener para ayudar a impulsar la recuperación económica de Europa en sí misma y teniendo en cuenta el efecto de la Covid-19. La pandemia ha demostrado la complejidad del vínculo entre la salud humana y la salud ecosistémica. Este tema, junto con otras cuestiones relativas a la pandemia, ha sido tratado en el libro Reflexiones (en Tiempo de Academia) de la Covid-19, editado por la Academia Iberoamericana de La Rábida. Los cuatro grandes pilares de la Estrategia de la Unión Europea sobre Biodiversidad son: proteger la Naturaleza, recuperar la Naturaleza, propiciar un cambio transformador y establecer una ambiciosa Agenda Global. Estos pilares incluyen compromisos importantes. La protección de la Naturaleza incluye, por ejemplo, proteger legalmente al menos el 30% de la superficie terrestre y los mares de la UE, o también crear corredores ecológicos y gestionar eficazmente todas las áreas protegidas. La restauración de la Naturaleza constituye otro compromiso clave, incluyendo plantar 3.000 millones de árboles adicionales, sanear suelos contaminados, restaurar 25.000 kilómetros de ríos con sus riberas, ecologización de las ciudades o cultivo orgánico del 25% de las tierras agrarias.

El Plan de la UE también pretende mejorar la gobernanza en relación con la Biodiversidad, garantizando la plena aplicación y cumplimiento de la legislación medioambiental, desbloquear al menos 20.000 millones de euros al año para inversiones en Natura 2000 y en infraestructura verde para las ciudades, o promover una iniciativa internacional de contabilidad del capital natural. Es necesaria en este Plan de la UE una Agenda Global que establezca compromisos en relación con este bien colectivo que es la vida integrada en el concepto de Biodiversidad.

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