En un país en el que se confunden, por los grandes protagonistas de la vida pública, en cualquiera de sus niveles: estatal, autonómico o local, elementos de cultura básica, tal cuales son: "los megapips", "el ahora de Huesca voy a Aragón"… laicidad y confesionalidad, plagios con referencias bibliográficas… donde el uso del eufemismo para justificar decisiones incorrectas y, aún peor, inconcretas, por ejemplos tendríamos cualquiera de los discursos o entrevistas de ZPedro y ni siquiera son ocurrentes, por demagógicas, las metáforas de doña Susana cuando aludía a la "joya de la corona", referida a la sanidad -ya estamos viendo la herencia que dejó- sin habernos "vacunado" antes o su reciente "nos quieren asfaltar Doñana…" es normal que se produzcan contradicciones y modificaciones continuas o coyunturales en la gestión de Gobierno. Si, además, hay un personaje convertido en candidato, sea una investidura o meramente electoral, lo mismo pasa de tener un socio preferente al insomnio -a pesar de su magnífico colchón- continuo y del "no es no" junto al "qué no entendió, ¿del no señor Rajoy?" … que publica en contra de la norma, incluso de las de su propio partido, … dadas sus crisis de amnesia, se queja sobre las intenciones de bloqueo a su candidatura por parte de los adversarios, se instala en un descarado pragmatismo demoscópico de ser único e imprescindible pero no se pregunta, a sí mismo, ¿qué habré hecho mal para que quienes me auparon en la moción de censura, ahora, no me quieren?

Sin embargo, creo que en su habitual "estilo plastilina" tiene como casi siempre opciones ganadoras a sabiendas de la permisividad mediática de la que goza única en la Transición política y explota al uso institucional en beneficio partidario, aunque la Junta Electoral le llame la atención, al tiempo que, en una misma conversación, afirma que se "filtró" un documento y que ellos son muy "transparentes", contradictorio ¿verdad?, lo que es transparente no hay que filtrarlo.

Por concretar. El "estilo plastilina" se presta a todo y en el caso del filtrado, se ha dejado moldear por el Partido Socialista de Cataluña, con su pupilo Iceta alardeando en redes sociales de haber presionado, al presidente, para modificar el programa electoral en el tema territorial, más cercano a la Declaración de Granada 2013 con alusiones a la fortaleza, cohesión y estructura a partir de la Constitución y Estatutos… sin una cita al concepto de plurinacionalidad ansiado por el PSC. Dos datos se deducen de esto y son alarmantes: son conscientes que va a necesitar el apoyo nacionalista y que, para ser investido, es moldeable como la plastilina que es su paradigma.

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