Espinitas y dificultades

Vox puede ser bastante más molesto que el PSOE y Unidos-Podemos juntos

Ya le queda menos a Juanma Moreno para que deje de llamarse así para que lo nombren como Juan Manuel Moreno o presidente; lo mismo que ocurrió con el anterior alcalde de Huelva, quien pasó de ser Perico Rodri a Pedro Rodríguez una vez se sentó en el sillón. La familiaridad puede venir bien en campaña electoral pero parece que no casa bien con los cargos. Juan Manuel estará contento, se le supone, pero con alguna que otra espinita clavada, como la de haberse visto obligado a pactar con Cs y con Vox. Si todo sale como lo anunciado, tendremos en breve nuevo Gobierno en Andalucía; todo un hito después de casi 40 años del PSOE en el poder. Sin embargo, precisamente por eso más de uno dirá que no le arrienda las ganancias. Obviamente, no lo va a tener nada fácil. Hay toda una administración y una estructura política pensada y diseñada con criterios muy diferentes a los que se pretende implantar y por medio hay muchas personas e intereses que pueden ser fuentes de problemas.

Por otro lado, se dan otras circunstancias que no ayudarán, como es el que aunque Cs tendrá consejerías claves no dejará de tener presente que uno de sus objetivos es desbancar al PP del espacio político que ahora ocupa esta formación, por lo que buscará sus mecanismos de diferenciación y, cuando le sea posible, procurará desgastar a los populares. En realidad, no les queda más remedio porque la experiencia ha demostrado que cuando hay coaliciones de gobierno, si la cosa va bien, quien suele beneficiarse es el partido que se encuentre en la cúpula de la institución, mientras que el otro u otros suelen rentabilizar menos los logros. Por tanto, necesitará de esa estrategia y es previsible que la pongan en práctica. Además, al menos aparentemente -aunque ellos puedan desmentirlo-, da la sensación de que existe un cierto pique entre Moreno y Marín y eso exige mantener un férreo autocontrol para que no estallen. De todas formas, ser socio del adversario es una situación muy incómoda. Ya veremos al respecto. Pero la espinita más fina y que puede ser más penetrante es la de Vox, que tiene poco que perder frente a lo que puede ganar con una política de meter el dedo en el ojo cada vez que le apetezca. Se ha comprobado con sus peticiones durante las negociaciones para investir a Moreno. Qué más le daba eso de la Reconquista, lo de derogar la ley de violencia de género o cualquier otra cosa; quería mostrar músculo. Vox puede ser bastante más molesto que el PSOE y Unidos-Podemos juntos. A esperar.

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