Otras dos Españas

Considerar que desde la izquierda no se puede censurar al Gobierno es signo de sectarismo

El ambiente se va calentando y no me refiero al climático sino al político; tanto que ya hay quienes han sacado a relucir la expresión de las dos Españas, como problema endémico que nos persigue. Parece que siguen vigentes los versos de Antonio Machado en los que anuncia al españolito que viene al mundo que una de las dos habrá de helarle en corazón. La una la de la derecha y, la otra, la de la izquierda; colgándose a cada una de ellas calificativos positivos o negativos según esté situado, si en un lado o en otro, quien emita su juicio al respecto. Sin embargo, con ser cierto que no es inusual la bipolarización en cualquier país -véase, por ejemplo, Estados Unidos, con los demócratas frente a los republicanos-, no hay que pensar que se trata de un fenómeno exclusivo del eje izquierda-derecha. Sería una conclusión errónea afirmar que los que critican al Gobierno de Sánchez e Iglesias son solo los de derecha. Las realidades suelen ser más complejas. Veamos un par de casos: del partido de los radicales franceses siempre se ha dicho que su corazón estaba a la izquierda pero su cartera en la derecha, porque creían en el cambio, máximo de libertad civil y moral, etc., pero que a la hora de abordar la economía -¡ay, amigo!- la mínima intervención del Estado. Por otro lado, el peronismo, sustentado en las ideas del régimen militar reformista de Juan Perón, políticamente es de derecha pero que se adscribe a la izquierda en el ámbito económico. Pues bien, esto viene a colación porque es necesario decir que también hay mucha gente de izquierda que es crítica con la gestión del Covid-19 y los comportamientos políticos de los citados Sánchez e Iglesias, y digo más, que está avergonzada. La falta de escrúpulos, la manipulación, la ocultación, la mentira, el autoritarismo o la negación del diálogo, entre otras cosas -rasgos negativos y rechazables que deben ser sustituidos por sus contrarios- son dimensiones al margen de la ubicación ideológica. Considerar que desde la izquierda no se puede censurar al actual Gobierno, simplemente, porque lo forman el PSOE y Podemos es todo un signo de sectarismo o de cerrazón intelectual. Prueba de que sí es posible es el manifiesto firmado por juristas progresistas en el que muestran su malestar, temor y preocupación por los injustificados recortes y retrocesos que la gestión del esta crisis sanitaria está suponiendo para los derechos y libertades y, particularmente, para los derechos fundamentales. Más claro, imposible.

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