Aunque la Constitución española estableció el derecho de los padres a intervenir en la educación escolar, las modalidades de hacerlo siguen siendo más testimoniales que prácticas. Familias y profesorado reconocen este derecho, pero sigue sin estar claro (ni siquiera para las autoridades educativas) en qué condiciones desarrollarse. El último ejemplo es el desencuentro, entre unos y otros, con relación a los deberes escolares. Mientras que las familias acusan al profesorado de no tener en cuenta el necesario tiempo de ocio para sus hijos, éstos insisten en que esta cuestión incumbe solamente a los profesionales de la educación. El debate ha dado lugar a un hecho insólito en España: convocatoria de huelga de padres que impidieron a sus hijos hacer los deberes durante los fines de semana de noviembre. Más que insólito, resulta escandaloso.

Escandaloso es que las familias hagan huelga por los deberes mientras la educación de sus hijos lleva perdidos 9.000 millones de euros desde que empezó la crisis y el Gobierno se plantea seguir recortando siguiendo las indicaciones de Europa. Escandaloso es el silencio de los padres cuando ha desaparecido el tiempo dedicado al profesorado bilingüe, cuando faltan monitores para atender a la Educación Especial, cuando se reduce el número de profesores (alrededor de mil sólo en Andalucía), cuando la cobertura de las bajas es deficiente, cuando se aminoran en un 20% los gastos de funcionamiento de los colegios… (¿Esto no merece una convocatoria?).

Resulta escandaloso que la Comisión de Educación del Congreso discuta sobre los deberes en lugar de ocuparse en analizar las razones de que haya tanto alumnado y tanto profesorado desmotivado, en preguntarse cómo se mejoraría la selección y la formación del profesorado o la autonomía de los centros o en la manera de conseguir un auténtico liderazgo en la dirección… Escandaloso es que debiendo trabajar por un pacto educativo, se distraigan con lo primero que aparece en titulares de prensa. O que se presente en el Congreso una proposición no de ley para regular los deberes escolares y no se planteen, en cambio, las razones de que, a pesar de que el PIB haya crecido en los últimos tres años, la inversión en educación para 2017 descienda según el Plan que el Gobierno ha enviado a Bruselas. Como si no hubiese cuestiones educativas más relevantes que los deberes.

Si es que existe la figura de Experto en Distracciones en el Gobierno, mis felicitaciones. Lo ha conseguido.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios