La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Escándalo no, grosera manipulación

Mal están las cosas para las libertades si escandaliza que se invite a los cristianos a votar de acuerdo con su fe

Se monta un escándalo, y gordo, porque en la Misa Pontifical del Rocío el obispo de Huelva invitó a los cristianos a votar de acuerdo con su fe. ¿De acuerdo con qué puñetas quieren quienes se han horrorizado, escandalizado e indignado que voten? Se ha producido una grave tergiversación manipuladora porque hace una semana se difundió sin mayor escándalo la Nota de los Obispos del Sur de España ante las próximas elecciones al Parlamento andaluz que dice exactamente lo mismo que ha dicho el obispo de Huelva: "Somos conscientes de que ninguna opción política se adecúa plenamente a la experiencia cristiana y a la enseñanza de la Iglesia. La fe cristiana no es una ideología política. Por ello, se hace necesario discernir entre las opciones posibles, en coherencia con la comunión eclesial y con los principios morales que le son inherentes. Así, recordamos que, en esa coherencia con la fe cristiana, es necesario respetar el derecho a la vida humana, inviolable desde su concepción hasta su muerte natural; el reconocimiento, la promoción y la ayuda a la familia, como unión estable entre un hombre y una mujer, abierta a la vida; la protección del derecho de los padres a educar a sus hijos según las propias convicciones morales y religiosas, como recoge la Constitución; el respeto a la dignidad de toda persona, a la libertad religiosa, a los valores espirituales y a la objeción de conciencia; la defensa y ayuda a los más débiles de la sociedad, como ancianos, jóvenes, parados e inmigrantes".

Razonablemente no se puede negar que ninguna opción política se adecúa plenamente a la moral cristiana y a la enseñanza de la Iglesia, que la fe cristiana no es una ideología política y que el votante cristiano tiene derecho a votar en conciencia a los partidos que se aproximen más a los principios morales inherentes a sus creencias y no votar a los que las ofenden más gravemente.

En este punto se sitúa la cuestión crucial del aborto, ahora ampliado a las menores de 16 años sin consentimiento paterno. En la Iglesia hay muchas sensibilidades, unas más progresistas, otras más conservadoras. Pero el aborto es una cuestión que está o debe estar por encima de ideologías o sensibilidades porque de lo que se trata es de matar fetos humanos. Al sustituir la ley de 1985 por la de 2010 el PSOE ha puesto muy difícil a los muchos católicos que le votaban seguir haciéndolo.

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