Envansando el planeta

Los productores de envases están muy empeñados en seguir vendiendo envases, hagan falta o no

Apenas nos levantamos abrimos un brick de leche, lo acabamos y lo dejamos caer en la basura de envases. Si es que somos de esos ciudadanos que separan sus residuos. En nuestra nevera posiblemente la cantidad de envases sea muy superior a la de comida propiamente dicha. Porque casi todo ha de venir envuelto, lo precise el producto o no: fruta y verdura, fiambres, zumos, lacteos, salsas, carnes y pescados… En el trabajo tal vez tengamos una botellita de agua. Y si nos tomamos un café de la máquina de vending nos da un vaso de cartón cada vez. Y si somos de ir al burger ya ni os cuento. Es decir: los envases de usar y tirar forman parte de nuestra vida. En una proporción descabellada y creciente.

En el tiempo que has tardado en leer este párrafo de arriba se habrán vendido en el mundo un millón de botellas de plástico, y esa cifra sigue aumentando cada año. Menos de la mitad se consiguen recolectar y apenas un 7% vuelve a ser botella. El resto… ustedes mismos: vertederos, mares, bosques… nos encontramos todo tipo de envases en cualquier rincón del planeta, en el estómago de una ballena o en ese sendero que hacemos por la sierra el fin de semana. Es evidente que no somos capaces de gestionar esa inmensa cantidad de envases generados.

Hay cierta publicidad blanda que pone al ciudadano delante de un contenedor, y repite machaconamente que en esos gestos están las soluciones al problema medioambiental de los residuos plásticos. Podemos seguir separando los residuos, y no dudo que debamos hacerlo. Pero esa no es, ni de lejos, la solución. Eso es sólo un pequeño parche, que además consigue distraer la atención de los verdaderos responsables de esta situación: los productores de envases.

Pack2Go Europe, International Paper o Serving Europe son algunas de estas productoras a nivel europeo, muy empeñadas en seguir vendiendo envases, hagan falta o no. Y para que ni las políticas ambientales, ni las legislaciones europeas o regionales, ni la concienciación ciudadana se interpongan en su rentable negocio están invirtiendo mucho dinero en hacer lobby en los parlamentos correspondientes, financiando esas campañas blandas para distraer la atención e invadiendo mientras tanto el planeta de plásticos, bricks y cartón de usar y tirar. Para detener esto harán falta mucho más que simples gestos de la ciudadanía. ¿Alguien toma nota?

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